🥀Capítulo 68🥀

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Apoyada en el umbral de la puerta, observo a Aidan mirándose en el espejo. Él no nota mi presencia, lo que me permite unos pocos segundos para apreciarlo. Sus ojos miran una y otra vez su vestimenta, de arriba hacia abajo, no muy seguro de su elección.

-Para mi también es así, lo es.—Susurra.

-¿Quizás el azul?.—Susurra para sí mismo, refiriéndose a su jeans.

A mi parecer, se ve precioso. Sexy y elegante. Aquella camisa de rayas oscuras, y aquel jeans negro lo hace ver perfecto. Sus bíceps resaltan bajo la tela, provocandome querer ir donde él y tocarle.

Podría quedarme toda la tarde mirándolo. Mirando lo hermoso que está cada día, y lo dichosa que me siento por ser parte de su vida.

-No, así está bien.—Él vuelve a susurrar y es justo ahí, cuando sus ojos se topan con los míos a través del espejo.

Me soprende mirándolo. Puedo sentir mis mejillas ruborizadas por ser descubierta. Él sonríe.

-¿Estás apreciando la vista?.—Bromea y yo sonrío avergonzada.

-Yo solo venía a decirte que ya estoy lista.—Digo y él camina hasta mi.

Me incorporo rápidamente. Su perfume inunda mis fosas nasales, provocando que mi piel se ponga de gallina. ¿Será éste la clase de perfumes que nos encienden?, porque ya me siento así.

Aidan rodea mis hombros con sus brazos y besa la punta de mi nariz. Yo también deseo hacer lo mismo, pero él es alto, y solo alcanzo a darle un suave beso en el mentón. Él se ríe de mí.

-Vamos preciosa.—Musita.

-Si. ¿Puedo pedirte algo antes?.

-Por supuesto.

-Bésame.

Sus labios se curvan en una tierna sonrisa antes de agacharse y darme un beso. Puedo sentir el sabor a menta y Aidan, una combinación perfecta.

Al principio, nuestro beso comienza sutil, suave y delicado. Pero luego se vuelve un poco salvaje, él toma mi nuca y me acerca más a él, besándome fuerte, como si la vida se estuviera acabando y esta fuera nuestra despedida.

Cuando nos alejamos por un poco de aire, puedo notar el deseo en sus ojos. Quiere quedarse.

-¿Qué pasa?.—Susurro con mis manos en su pecho, puedo sentir su corazón acelerado.

-Si no fuera porque prometí ser puntual...—Dice y luego sonríe negando con la cabeza.

-Volveremos a casa después...—digo queriendo lo mismo que él.

-Oh sí, eso es seguro.—Agrega tomando mi mano y llevándome por el pasillo.—Vámonos antes que me arrepienta e invente alguna excusa.

Durante nuestro trayecto hacia el apartamento de su amigo, hablamos sobre nuestro día. Él quiere ahondar un poco más, pero digo lo mismo de siempre, Aidan no vuelve hacerme más preguntas. Los siguientes minutos se los pasa al teléfono, hablando con Andy.

Cuelga solamente cuando llegamos a nuestro destino. Un apartamento de lujo, bastante caro, podría pasar esta vida y la siguiente pagando un lugar así.

Me siento un poco ansiosa por lo que vendrá. Espero que su amigo y las personas que estén aquí, no me miren con extrañeza como la gente en la Universidad, como aquellos chicos que me hicieron una broma pesada en la cafetería.

-Son buenas personas.—Me dice apenas en un susurro mientras comienza nuestro ascenso hacía el piso veintiuno. Supongo que mi rostro habla por mí.

𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 ||  𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora