xxxii. esperanza... ¿o no?

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" tengo dos estados de humor: 
nada me importa o todo 
me importa demasiado "

Al día siguiente, Mayven, JJ y Kiara volvieron a su misión de buscar a John B mientras Pope se preparaba para la entrevista que decidiría su futuro. Mayven debía admitir que no había pensado en los diferentes puntos de vista. Estaba enfocada en buscar a John B, quien se había enterado de que su padre había sido matado por el padre de su novia, y no había pensado en lo mucho que Pope había estado esperando por una oportunidad como la que se le ha presentado, pudiendo salir de aquel mísero pueblo y conseguir una mejor vida estudiando algo que le apasiona.

Pero en ese momento no podía centrarse en aquello. Menos aún después de haber encontrado a John B en el muelle de la casa del chico, él contándoles que todo el oro había desaparecido. Se había esfumado de la noche a la mañana. 

—¿Se lo ha llevado todo?— preguntó Ki, todos ellos con los ánimos por los suelos.

—Todo el oro... No ha dejado nada.

Mayven frunció el ceño, su mirada cayendo hacia la madera del suelo mientras John B sacaba la escayola de su brazo, la cual había estado allí desde que se había caído desde aquel mirador la noche de la fiesta. Definitivamente, Mayven tendría que irse. No había esperanza. Outer Banks dejaría de ser su pueblo, y Bianca tendría un mejor futuro. Por lo menos una de las dos disfrutaría aquella oportunidad.

—La verdad es que yo tampoco esperaba un final feliz.— dijo el castaño lanzando la escayola hacia el otro lado del muelle.

—John B...

—¿Qué, Ki?— le preguntó con molestia.— Es una fractura capilar, da igual.

—¡No da igual! Te joderás el brazo de por vida.

—Está bien, ¿ves?— le dijo desde el suelo, tumbado, levantando el brazo y moviendo los dedos, haciendo que Ki rodase los ojos.

—Entonces... ¿Ya está?— preguntó Mayven, llamando la atención de los otros tres, estos en silencio.— Ya no hay oro, por lo que no hay búsqueda. Pope conseguirá el trabajo de sus sueños, yo me iré de aquí...

—Podemos buscar una solución a eso.— dijo JJ rápidamente.

—No te preocupes.— negó Mayven con la cabeza, colocando una mano sobre su pierna en forma de consuelo.— Supongo que llegaría en algún momento...

Mayven podía sentir el desánimo de JJ. Habían conseguido juntarse después de tanto tiempo, confesando sus sentimientos con el miedo de que sus amigos no les aceptasen, y Mayven tenía que irse. El corazón de la chica se rompía poco a poco a la vez que el del rubio, procesando toda aquella información.

No más Pogues. No más aventuras. No más Mayven y JJ. 

—¡Ya sé! Podrías quedarte en mi casa.— dijo Ki de repente, su cuerpo girándose hacia ella. Mayven frunció el ceño, subiendo su mirada y haciendo contacto visual con la chica.— Tienes espacio de sobra allí. Y de mis amigos, eres de la que menos odian mis padres...

—Eso me tranquiliza, gracias.— rodó los ojos Mayven, soltando una pequeña risa. A lo mejor sí había esperanza.— No sé lo que dirá Bianca en cuanto a esto...

—¡TÍOS!

La conversación se cortó, dejando el tema de Mayven y su partida en el aire, siendo el grito de una voz extremadamente familiar el que les llamó la atención. Todos llevaron la mirada hacia el principio del muelle, donde vieron a Pope, todo vestido de traje sin la chaqueta, corriendo desesperadamente hacia ellos.

not ur friend [ jj.m ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora