xxv. segundas oportunidades

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" a veces no hay próxima vez,
a veces no hay segundas oportunidades,
a veces es ahora o nunca "


Mayven en ese momento no sabía qué estaba haciendo en el Pogue SS con Pope, en un muelle esperando a Ki. El moreno había dicho que lo explicaría cuando la chica apareciese, pero no sabía qué era tan importante como para llamarles tan de repente.

—¡Código rojo!— exclamó Pope. La teñida llevó la mirada hacia las tablas de madera, viendo cómo Ki caminaba hacia ellos.

Mayven bajó la mirada por un momento y frunció los labios. No había hablado con Ki sobre el momento en la casa de John B y no sabía cómo la morena actuaría. ¿Seria igual que JJ y la ignoraría? No quería que su mejor amiga hiciese eso. Ya había pasado por ese dolor dos veces, y no sabía si soportaría una tercera.

—¿Pero qué coño pasa?— preguntó la morena con el ceño fruncido, bajando después unas escaleras de metal para llegar hasta el barco sobre el agua.

—JJ y John B se han quedado tirados en las marismas.— informó Pope. Mayven frunció el ceño y miró a Pope.

—¿Y no pueden salir de ahí ellos solitos?— le preguntó Mayven.

—¿Y nosotras qué tenemos que ver?— preguntó seguidamente Ki, dando una rápida mirada a Mayven. Por lo menos no hacía como que era invisible.

—Haréis de mecánicas.— dijo Pope encogiéndose de hombros.— Ya sabéis, porque Mayven trabaja en una ferretería y tú... Puedes arreglarlo.

—De mecánicas...— asintió Ki sarcástica con los labios fruncidos.

—Poco os serviré. Por si no os acordabais, paso poco por allí.— dijo la teñida sentándose en el borde del barco.

El chico no dijo nada y arrancó el bote. Había un silencio algo incómodo mientras Pope comenzaba a sacar el bote del muelle. Mayven miró a Ki, y ella miró de vuelta a la chica.

—Hola.— saludó Ki torpemente. Mayven, aunque aquel saludo hubiese sido algo incómodo, sonrió enormemente al saber que no iba a ser ignorada, aunque todavía hubiesen que hablar de ello.

—Hola.— saludó de vuelta.

Los tres siguieron navegando por el agua, el sol poniéndose a lo lejos, creando así un reflejo naranja en el agua el cual se movía cada vez que el barco pasaba él. A Mayven le fascinaban los atardeceres. Ojalá tuviese algo de música para disfrutarlo plenamente.

—Hay que ayudar a JJ y a John B.— dijo Pope, el barco de su padre a unos pocos metros, donde estarían ambos chicos.

—¿Es que no sabéis hacer nada sin nosotras?— preguntó Ki rodando los ojos.

—Más vale que nos agradezcáis después. Hacemos demasiadas cosas por vosotros.— dijo después Mayven, levantándose del borde para seguir a Ki.

Ambas subieron al barco mientras Pope se quedaba en el otro. Caminaron en silencio hacia la cabina y frenaron en la puerta cuando vieron a ambos chicos allí. El suelo estaba levantado, ambos chicos en bañador y sin camiseta, John B de cuclillas con un sombrero en su cabeza y JJ inclinado intentando arreglar lo que fuese que estuviese mal.

—¿Qué ha pasado?— preguntó Ki, ambos chicos subiendo la cabeza para mirarlas.

—Pues que el alternador ha dejado de alternar.— dijo JJ, señalando vagamente al suelo.

—¿Qué habéis hecho para joderlo? El otro día funcionaba perfectamente.— dijo Mayven confundida. El alternador no se estropeaba porque sí. Algo tendrían que haber hecho para que dejase de funcionar.

not ur friend [ jj.m ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora