xx. cambios radicales

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" mientras estemos respirando,
nunca es demasiado tarde
para cambiar tu historia "


Mayven llegó a su casa, con los dos tintes que había comprado con Ki. Su enfado era tan grande, que ni siquiera se dio de que casi rompía la puerta principal del golpe que le había dado al cerrarla. Fue rápidamente a su habitación y se puso una camiseta casi raída, sin siquiera ponerse pantalones. Se descalzó, y después cogió una toalla vieja. Esa que utilizaba para teñirse el pelo. Estaba decolorada, llena de distintos tonos, dejando ver cuantos usos le había dado.

Salió de la habitación con los dos tintes y la toalla, y fue directa al pequeño baño donde había curado a JJ en el día anterior. Le costaba creer que hace menos de doce horas, el rubio estuviese sentado en esa misma letrina, y ahora lo estuviese en un banco de metal en la comisaría.

Recogió parte de su pelo y le dio igual ponerse guantes. Ya haría algo para quitarse todo el color de sus manos. Lo bueno de aquello era que tenía el pelo blanco, así que el color se impregnaría más fácilmente. Comenzó a teñir esa parte del pelo, habiéndose colocado la toalla en sus hombros. No era consciente de que lo estaba haciendo automáticamente.

—¿Hola?— exclamó una voz. Era Bianca. Había notado que la segunda puerta no estaba cerrada, y se había extrañado.— ¿M?

—¡Aquí!— bramó ella, con las manos en su pelo, la mandíbula apretada y sus ojos echando chispas.

La rubia llegó hacia su lugar, y jadeó al ver a su hermana, tiñendo su pelo agresivamente. Ya la había visto hacerlo, pero en otra ocasión tenía guantes, y se divertía haciéndolo.

—May, ¿qué estás haciendo?

—¿Teñirme el pelo? ¿Qué crees que estoy haciendo?— preguntó May con el ceño fruncido ante su absurda pregunta. Bianca suspiró fuertemente.

—Ya lo sé pero, ¿por qué?— preguntó la rubia extrañada.— Creía que te gustaba el blanco.

—Estoy harta del blanco.— contestó ella, con veneno en sus palabras.— Sólo me ha traído problemas. Quiero cambiar.

—¿Problemas? ¿A qué te refieres?— preguntó ella confusa. Mayven paró de tirar de sus mechones, y se giró a su hermana, soltando un profundo suspiro calmándose, ya que Bianca no tenía la culpa de todo aquello y no quería pagarlo con ella.

—Han detenido a JJ.— Bianca abrió los ojos escandalizada, abriendo y cerrando la boca sorprendida, sin poder articular palabra.— Han sido esos asquerosos Kooks... ¿Y sabes quién va a ir a su maldita fiesta? Yo. Vaya puta mierda...

—¿Por qué vas entonces?— preguntó Bianca de nuevo, sin entender nada de aquello. No estaba actualizada de lo que estaba pasando en la vida de su hermana, y esta nueva información le había pillado de sorpresa.

—Por Ki. Me lo ha pedido, y no voy a dejarla sola. Ella también es un Pogue entre Kooks.— dijo Mayven, suspirando fuertemente.— Voy a ir, pero no como ellos quieren que vaya.

Bianca asintió. Sabía que Mayven estaba más que cabreada porque hubiesen encerrado a JJ, todavía ella sin saber por qué, y también sabía que la chica necesitaba algo para olvidarse. Suponía que un cambio en su pelo la harían pasar de capítulo en ese momento. Parecía furiosa, y supo también que quería poner una excusa para cambiarse de color, porque era lo que necesitaba en ese momento.

not ur friend [ jj.m ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora