xvii. malas noticias

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" los amigos también
pueden romper tu corazón "


¿Sabéis lo que es sentir que todo estaba bien por unos instantes? ¿Que todo estaba solucionado? ¿Que la vida por fin te sonreía por fin?

¿Sabéis que es estar en lo más alto... Y luego caer?

Mayven miraba el monitor con el ceño fruncido. Sus ojos habían perdido su vida por un momento. Sus labios se encontraban entre abiertos, sin saber cómo reaccionar. Su cuerpo no se movía, y sus amigos a su lado tampoco. No había nada en el barco. Estaba vacío, roto y cubierto de la suciedad del mar.

No había oro.

—No está ahí...— murmuró Pope.

—Gracias Pope, no nos habíamos dado cuenta.— dijo Mayven, cabreada con el mundo en ese momento. El moreno ignoró el comentario, sabiendo el por qué de él.

—Sa-Saca el dron de ahí.— le dijo John B, soltando un suspiro al final. Ki estaba callada, sin decir nada. No quería intervenir. Ella era una Kook, todavía podía vivir bien. Ellos no.— Joder...

—Oye, podemos hacer otra pasada.— propuso Pope, intentando animar el ambiente. John B se alejó de allí con la cabeza gacha, mientras Ki escuchaba a Pope y Mayven seguía mirando la pantalla congelada.— Recargamos la batería y volvemos a bajar.

—Tío, lo hemos recorrido tres veces. ¡Ahí no hay nada!— le dijo JJ enfadado, girándose hacia él desde la cabina.

—¡Cállate!— exclamó Ki, defendiendo a Pope.

—¿Qué? ¡Es verdad!— dijo el rubio de vuelta, sin soltar el timón.

—¡El oro podría estar enterrado¡ ¡No lo sabemos!— dijo Ki, intentando mantener las esperanzas a flote. Ella miró a Mayven, quien había palidecido notablemente. La morena la cogió de los hombros y la sacudió, haciendo que la teñida la mirase, sin dejar de tener aquella expresión.— ¡May, puede seguir allí!

—¡Si estuviera ahí lo habría pillado el detector de metales!— dijo John B de vuelta, terminando con las contestaciones de Pope y Ki.— Se nos han adelantado.

—O nunca estuvo ahí...— murmuró JJ, volviendo a mirar hacia el mar y comenzando a salir de allí.

May guardó sus manos en los bolsillos de su sudadera. Lo único que pudo hacer fue quedarse mirando al suelo del barco, mientras andaba hacia atrás hasta sentarse en el borde del barco. Como deseaba tener ese MP3 consigo en ese momento. Deseaba aislarse y pensar en otras cosas. Pero el oro y el barco hundido vacío seguía reproduciéndose en su memoria.

No iba a pagar la casa. Tenía que seguir trabajando en la ferretería. No podría comprarse ningún MP3. Bianca no estudiaría psicología. Se mudarían...

Se mudarían.

—Chicos.— dijo Mayven en alto, sabiendo que debía contarlo en algún momento. Y más cuando sabía que no había elección. Todos miraron hacia ella, JJ ladeando ligeramente la cabeza para escucharla, mientras May seguía mirando hacia el suelo.— Me voy de Outer Banks.

Nada más decir aquel par de palabras, el barco se paró en seco, los chicos casi saliendo volando de allí, sonando quejidos de dolor. Tal y como había pasado cuando encontraron el Grady-White, pero sin nadie cayendo al agua. Pope estaba por el suelo mientras Ki había conseguido agarrarse de la cabina y Mayven de los bordes. John B había acabado también en el suelo.

—¡¿Qué?!— preguntó JJ, girándose hacia ella con las cejas alzadas. Él había sido quien había frenado el barco, y ninguno le dijo nada, porque todos seguían en shock.

not ur friend [ jj.m ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora