not ur friend [ jj.m ]

xiii. robando un dron

" todo lo bueno en la vida
nace con un salto al vacío "

Los Pogues se encontraban en la furgoneta de John B, habiendo seguido el consejo de JJ. Mayven que sabía las malas ideas que tenía JJ en verdad no sabía cómo saldría eso, pero era la única opción que tenían.

Debían colarse en un hotel de cuatro estrellas, el único sitio donde habría internet y ordenadores para ellos, y poder buscar las coordenadas que el padre de John B le había dejado a éste.

El grupo llegó al aparcamiento del lujoso hotel, y John B aparcó en éste.

—Vale, estad alerta.— dijo JJ, empezando a sacar algo de su mochila.— Estamos en territorio enemigo.

Y ese algo, fue la famosa pistola. Mayven rodó los, compartiendo una mirada con Ki en la parte de atrás, mientras Pope abría la puerta corrediza.

—Anda ya, colega, guárdala.— le dijo John B, con el ceño fruncido.— Venga.

—Nunca se está preparado.— le contestó él, con una sonrisa de lado.

—Oye,— dijo Pope apoyándose en el hueco de la ventana inexistente.— me da que traer un arma a un hotel de cuatro estrellas causará más problemas de los que se acabarán solucionando.

—Gracias, Pope.— le dijo John B.

—Sí, gracias por darle un poco conciencia a éste idiota.— dijo Mayven, bajándose de la furgoneta, mientras que JJ rodaba los ojos por aquello.— No queremos algo más como lo del barril, JJ.

—Te juro por Dios que voy a tirar ese trasto al mar.— dijo Ki siendo la más brusca, asomándose entre los dos asientos delanteros.— Guárdala.— y después, se bajó y se colocó junto a Mayven.

John B le cogió la pistola al rubio y la guardó en la guantera, sin que JJ hiciese algo por aquello.

—Eso es, capullo.— le dijo John B, cuando el rubio se preparó para bajar de la furgoneta, mientras que Pope le daba una palmada en el pecho y Ki cerraba la puerta de la furgoneta.

—Así no se coge una pistola.— le dijo el rubio a John B, ya que la había cogido por el final, y no por el mango.— Olvidaba la identificación...— murmuró, cogiéndola después, y seguidamente salir del coche.— Ayudante de camarero.— les dijo el chico.

—Y, ¿adónde dices que vamos?— le preguntó Pope, frunciendo el ceño.

—A meternos en internet. Sólo los ricos tienen electricidad.— les recordó JJ.— Por aquí.

Mayven sólo miraba el gran edificio lleno de generadores donde todos los Kooks podían gastar y gastar sin preocupaciones, olvidándose de que la otra parte de la isla estaba en la ruina. Aquello era una mierda.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando un brazo fuerte y bronceado rodeó su cuello, forzándola a caminar en la delantera del grupo. La teñida lo identificó debido a las múltiples pulseras que llevaba en su muñeca, y no pudo evitar sentir cómo un poco de color llegaba a sus mejillas.

JJ había estado todo el día especialmente cariñoso, y Mayven no sabía cómo sentirse o reaccionar cuando le afectaba tanto un simple gesto como un abrazo, o si él cerraba distancias más de lo normal.

—Hey, MayMay.— le dijo él chico, con un tono alegre. Ella frunció el ceño y giró la cabeza para mirarle, notando que estaban bastante más cerca de lo que creía ella.

—¿MayMay?— le preguntó ella entre extrañada y divertida.

—Sí, es un mote de tu mote. Original, ¿eh?— le dijo el rubio después con una sonrisa.— Oye, he estado escuchando al cantante ese tuyo. A Javier Sackel.