ix. redfield

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" la esperanza puede ver el cielo a
través de las nubes más densas "


El grupo se encontraba en la furgoneta de John B, de camino a lo que él creía que se refería el mensaje en la brújula. Ki estaba sentada a su lado, en el asiento de pasajero, mientras que Pope, JJ y May se encontraban en la parte de atrás. El primero tenía la brújula entre sus manos y la observaba mientras colgaba desde la cadena. JJ simplemente escuchaba la conversación.

En cambio, Mayven tenía entre sus manos el MP3 roto, apretándolo entre sus dedos, mientras llevaba la mirada al exterior, apoyando la cabeza en la ventana. No podía mirarlo. Aunque lo tocase y sintiese todo el destrozo, no podía mirarlo. Lloraría de nuevo, y eso era justo lo que no quería. Sus amigos nunca la habían visto llorar, y quería que volviese a pasar.

—A ver, está claro, ¿no?— dijo John B, alternando su mirada entre la carretera y sus amigos.— Una reliquia familiar. ¿Qué mejor sitio para ocultar un mensaje? Sabía que volvería a mi.

Mayven llevó sus ojos a John B y no puedo evitar recordar sus palabras. Sus hirientes y directas palabras. Sabía que lo hizo por su bien, porque quería ponerla a salvo, pero lo que dijo sobre su MP3 la dolió, y sólo pensaba en que si el chico no le hubiese impedido salir, tal vez, y sólo tal vez, su MP3 estaría intacto y ahora se encontraría escuchando una canción de Jeremy Zucker.

—Sí, es posible.— le contestó Kiara, y Mayven rodó los ojos. No paraba de darle esperanzas.

—Y puede que estés fantaseando con teorías descabelladas para... Ya sabes, lidiar con la tristeza.— comentó Pope, y la morena le miró incrédula.

—Ya sabéis cómo proceso yo la tristeza... Con maría de la buena. Eso es.— dijo JJ, aunque fue ignorado completamente, ya que John B volvió a hablar.

—De fantasear nada, ¿de acuerdo? Mi padre intenta enviarme un mensaje.— dijo el castaño, muy convencido.

—Si te ayuda a tener fe, John B...— empezó Ki, por primera vez haciéndole enfrentar la realidad, aunque de forma muy muy sutil.

—Escuchad, no necesito una sesión de terapia.— dijo el chico, cortando a Kiara.— No estoy loco.

—Está bien que se te vaya la pinza...

—Mira, mi padre desapareció, ¿vale?— cortó John B al rubio bruscamente.— Desapareció. No entendéis que desaparezca tu ser más querido y no saber cómo pasó... Y, levantarte cada día preguntándotelo.

—Ya hace un año...— dijo Ki, frunciendo los labios.

—Oye, podrían haberlo secuestrado. Es perfectamente posible.— dijo JJ, mirando a Pope para que le apoyase.

—Sí, podrían estar interrogándolo en un submarino soviético o algo así.

—Claro que sí, uh... O en la Atlántida.— dijo JJ de nuevo.

—JJ.— le regaño Ki, para después girarse de nuevo a John B.— Oye, ¿cuál crees que es el mensaje?

—Redfield.— comentó el castaño.— El faro de Redfield. Su lugar preferido.

John B no pudo evitar mirar por el espejo retrovisor, para mirar a su amiga teñida. No había dicho ni una palabra en todo el viaje, solamente mirando por la ventana, sujetando ese aparato destrozado entre sus dedos, aunque el castaño sabía que había escuchado su comversación.

Se sentía algo culpable por haberla gritado de aquella manera, pero si no lo hubiera hecho, ahora mismo a lo mejor había sido reemplazo de ese dispositivo. No sabía por qué era tan importante para ella, pero de alguna manera sentía que la mantenía a flote. Al igual que él con aquella esperanza de volver a ver a su padre.

not ur friend [ jj.m ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora