xviii. el cine de verano

4.2K 279 32
                                    




" cada palabra y acto tiene
sus consecuencias "


Kiara, Mayven, JJ y Pope habían llegado al lugar donde habían instalado el cine de verano. John B no había sido encontrado. Estaría por allí, lamentándose por no haber encontrado el tesoro por el que tanto había luchado su padre. Nadie le podía exigir nada en esos momentos.

Había una gran pantalla sujeta por postes de madera grandes y gruesos, mientras que a unos cuantos metros de distancia, una estructura de madera blanca se alzaba para colocar allí el protector y todo el equipo técnico. Muchas personas ya se encontraban allí, con neveras llenas de bebidas frías y toallas o sillas para sentarse, habiendo reservado sitio para ver la película.

Pope llevaba a la mano dos sillas de playa mientras que JJ llevaba otras dos, ambos con sus gorras hacia atrás y mochilas en sus espaldas. Ki llevaba una bolsa a su hombro, y May una mochila vieja también, donde habían metido su comida para cenar mientras veían la película.

Desde que se habían visto cuando se habían encontrado los cuatro allí, JJ no había mirado a Mayven ni una sola vez. Era como si ahora ella no existiese. Eso hizo que un gran dolor apareciese en el pecho de Mayven, haciéndola tragar en seco para guardar todas aquellas emociones. Su expresión era seria. Su ceño fruncido y sus ojos vacíos ahora repasaban el lugar, sin interés por estar allí. Se estaba arrepintiendo.

—Que bien que se siga haciendo esto.— dijo Ki con una gran sonrisa en los labios.— Paz, tranquilidad... Y a disfrutar de la vida en Outer Banks, ¿no estáis contentos?

—Doy botes...— murmuró Pope igual de desganado.

—Mi sofá es muy cómodo, para qué mentir.— dijo después JJ, llegando a la zona en la que iban a sentarse, desplegando las dos sillas que tenía en sus manos a la vez que Pope.

Mayven se quedó callada. Ningún comentario sarcástico había salido de su boca. Parecía que sólo su cuerpo estaba allí, habiendo dejado su alma en su pequeña casa, en su habitación, fumando de nuevo. Que ganas tenía la chica de fumar en aquel momento.

Le preocupó que hubiese creado aquella fuga de escape cada vez que sentía que todo se desbordaba. No era sano. Pero no tenía otro camino. Lo único que la calmaba era la música, y ya no tenía nada para escucharla. Ni siquiera crearla por ella misma.

JJ y Pope comenzaron a murmurar entre ellos, y Ki le hizo un ademán a May con la cabeza para que fuera con ella. La teñida enseguida aceptó sin querer quedarse allí sin su compañía. Ambas llegaron al puesto y Ki comenzó a sacar las monedas de su bolsillo.

—Hola. ¿Me pone dos pepsis, por favor?

—Claro.— dijo el dependiente, mientras May miraba hacia el suelo con sus manos enterradas en los bolsillos de sus pantalones cortos. El único movimiento que hizo fue llevar una de sus manos a su pelo para colocar bien el pañuelo azul que se había puesto para sujetarlo.

—Hola, Ki.— exclamó una voz masculina. Las dos llevaron la mirada hacia el chico, y Mayven enseguida se arrepintió.— Hey, May, no te había visto. Estás muy guapa.— le dijo él, pasando su mirada rápidamente por su cuerpo.

La teñida frunció el ceño bajando sus ojos a su atuendo, viendo qué era lo que veía de especial en unos vaqueros azules cortos y una camiseta amarilla básica. Volvió a levantar la cabeza, enviándole una sonrisa incómoda.

—¿Qué tal?— les preguntó Rafe Cameron, colocándose a su lado en el puesto.— ¿Cómo estáis?

Mayven se sintió mucho más incómoda al ver que el chico se había prácticamente pegado a ella. El brazo del chico estaba casi aplastado el suyo propio, y sus piernas rozaban ligeramente. Miró hacia Ki, quien había fruncido los labios, sin estar contenta de que Rafe estuviese allí. May sólo esperaba que el chico no soltase nada fuera de lo normal que revelase su secreto.

not ur friend [ jj.m ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora