iv. la habitación del motel

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" somos lo que hacemos con
lo que hicieron de nosotros "


El grupo de amigos llegó al muelle, y JJ y John B se dirigieron directamente a la caseta de la Guardia Costera, mientras Mayven, Pope y Ki les esperaban fuera.

Había un gran jaleo en aquella zona, debido a que todo el mundo reclamaba sus daños y necesitaba que les atendiesen urgentemente. Y como todos querían ser los primeros, no había mucho respeto entre ellos.

Al cabo de poco tiempo, John B y JJ salieron de allí sin ningún buen resultado. No habían podido atenderles.

—Estupendo, tío. ¿Ahora qué hacemos?— preguntó Pope.

—Yo podría preguntar a mi hermana. Debe de estar por aquí.— se ofreció Mayven, pasando su mirada por la zona.

—De acuerdo. Te esperamos aquí.— le dijo John B.

Ella enseguida se apartó de su grupo de amigos y fue directa hacia la zona en la que trabajaba Bianca. Ella al fin la vio, pero estaba rodeada de personas que reclamaban materiales para recuperar el estado de sus barcos. Parecía saturada, pero Mayven tenía que intentarlo, así que se dirigió hacia ella.

—Hola, Bi.— le dijo Mayven, colocándose a su lado.

—M, ahora no puedo.— le dijo ella, para después girarse hacia una mujer.— Sí, sí, usted tendrá lo que necesita, pero tiene que ser paciente.

—¡Mi barco está destrozado!— exclamó la mujer enfadada.

—Bi, por favor, es urgente.— le pidió May, mirándola suplicante.

—¡Mi barco está igual o peor, no vaya exigiendo, señora!— exclamó uno de los hombres que había en una especie de fila catastrófica.

—Mayven, tengo mucho trabajo, como puedes ver.— le dijo Bianca, permitiéndose el lujo de mirarla.— Me lo dirás luego en casa, ¿de acuerdo?

—Uh, no sé si hoy volveré a casa.— le comunicó. Pero no pudo decirle mucho más, porque la gente que estaba esperando se impacientaba aún más.

—Entonces me lo dirás mañana.— le dijo rápidamente, sin tener tiempo para ponerla ninguna excusa, y volvió a girarse para atender a los que necesitaban su ayuda.

May suspiró rendida y volvió hacia sus amigos. Ellos la miraban con algo de esperanza, pero en cuanto la chica negó con la cabeza, los rostros de sus amigos parecieron rendidos, aunque no del todo.

—Bueno, ¿cuál es el plan, entonces?— le preguntó Pope específicamente a John B.

El castaño era como una especie de líder del grupo. Todos participaban, y todos debían consultarse entre ellos antes de hacer algo, pero el que llevaba la voz cantante era John B.

—Creo que sé cómo dar con el dueño del barco.— le dijo el Routledge, sacudiendo la llave del motel con sus dedos.

—No sabemos quien es el dueño de esa habitación.— le dijo Pope, apuntando a la llave.

—Me apunto.— dijo JJ, quitándole las llaves a John B y lanzándoselas a Mayven.

—Yo también.— dijo May, tendiéndoselas a Ki, la cual se encontraba a pocos metros de ella, pero más adelantada.

—¡Venga!— le dijo Ki al moreno con una sonrisa.— Yo vigilaré.

—Yo también me quedaré en el barco. No te preocupes Pope, todo saldrá bien.— le dijo Mayven llena de confianza, dándole unas palmadas en el brazo, yendo detrás de Ki.

not ur friend [ jj.m ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora