not ur friend [ jj.m ]

vii. de nuevo en el grady-white

" seamos locos y raros porque
aburridos y amargados hay demasiados "

A la mañana siguiente, —después de que Mayven se hubiese despedido de Bianca junto a JJ, diciéndola que el asunto del día anterior, el cual era tan urgente, estaba solucionado— fueron a la casa de JJ, para coger algo de ropa para él, aprovechando que a esa hora su padre no estaba. Después, se dirigieron a casa de John B.

El chico, como todos ellos habían previsto, tenía un ojo morado, cubriendo parte de su ojera izquierda y un poco del lado de éste. Menos mal que no se había dañado ninguna parte de su retina.

El grupo se encontraba en silencio en el jardín. Ki tocaba los bongos, con May a su lado, admirando lo bien que lo hacía. Frente a ellas, estaba Pope leyendo un libro sentado en otra silla, y más apartado, se encontraba JJ, apoyado en una mesa, lanzando piedras hacia un árbol.

John B apareció entre ellos, con una expresión de fastidio, y algo aburrida.

—Bueno, se acabó, ¿vale?.— les dijo, llamando la atención del grupo, comunicándoles su decisión, después de que la sheriff se presentase en su casa por la mañana.— Si me alejo de las marismas, me ayudará con los de protección.

—¿Y la has creído?— le preguntó JJ, con un tono aburrido.

—Sí, la creo, JJ.— le dijo, algo fastidiado por aquella pregunta.

—A una poli, John B.— le recordó lanzando otra piedra, dirigiéndose al chico como si hubiese violado su propio código moral.— Te has creído a una poli.

—Sólo tengo que alejarme de las marismas unos días y me ayudará.— defendió el castaño.— Y no ha ayudado que tú te liaras a tiros.

Mayven frunció los labios, sabiendo que JJ no lo había hecho con mala intención, y también suponiendo que aquello le dolería al chico, ya que su mejor amigo sólo le estaba reclamando, cuando él sólo intentaba salvarle la vida a la única familia que le quedaba.

—¿Sabes? Tendría que haber dejado que Topper te ahogara, y a pelarla.— le dijo, sin mirarle directamente, como si no le importase aquello.

—Ya. Topper me iba a ahogar.— dijo el chico sarcástico.

—Tenía toda la pinta.— le dijo JJ, levantándose de aquella mesa.

—¿Ah, sí?

—¿Te has mirado al espejo por casualidad?— le preguntó el rubio retórico, acercándose al grupo.

—Sí, sí, cuéntame más, anda.— dijo John B, con un tono algo arrogante. Se notaba que le estaba molestando aquello. El suceso de la noche anterior sólo le había dado más problemas.

—Siempre nos ganan.— les dijo a sus amigos, apoyándose en la madera de aquella especie de cobertizo con sólo techo, sin paredes, justo al lado de la casa del castaño.— Kooks contra Pogues. Siempre... ¡Siempre ganan!— dijo cabreado, dando un golpe brusco a una pelota que había colgada del techo.

—¡Tío, tranqui!— le dijo Ki, frunciendo el ceño.

—¡No, de tranqui nada!— le dijo JJ de vuelta, girándose hacia ella.— Si no quieren que vayamos a las marismas es porque hay algo valioso, y lo sabes.— dijo aquello último apuntando a John B.— Sé que lo sabes.— después el chico se giró hacia Pope.— Y entiendo que tú no quieras ir. Eres el chico de oro. Te la juegas.— seguidamente, su mirada fue a parar a Kiara.— Tú, bueno... Ya estás podrida de pasta. ¿Para qué molestarte?— y luego, sus ojos azules conectaron con los marrones de May.— Y tú tienes a Bianca. Te quiere más que a nada en el mundo. Pero tú y yo, tío...— le dijo ahora a John B.— ¡No tenemos nada que perder! Y ya sé, que antes no era tu caso...