not ur friend [ jj.m ]

xxxv. atando cabos sueltos

" los problemas familiares realmente
pueden acabar con toda tu felicidad "

Como propuso Kiara la noche anterior, el grupo de ahora cuatro personas se dirigió hacia el restaurante de la chica, donde podían descansar sin ser preguntados por familiares o por cualquier otro ciudadano. Mayven tenía la duda de si la policía también iría a por ellos, dado el hecho de que eran los mejores amigos de John B y la última vez que había sido visto había sido en un coche con ellos cuatro.

Debían andarse con cuidado si no querían acabar en manos de la policía y ser obligados a testificar contra John B. Mayven no podía imaginarse haciendo aquello. Y nunca lo haría.

Mayven se despertó cuando escuchó a Pope levantarse del colchón, viendo que Ki estaba haciendo lo mismo. Ambas se miraron y decidieron incorporarse sobre los finos colchones en los que habían dormido, llevando su mirada a los dos chicos apoyados en la ventana.

—Lo han trincado fijo.— escuchó decir a JJ.

—No, entonces no seguirían patrullando.— dijo el moreno de vuelta. Lo único que se escuchaba eran sirenas de coches de policía por fuera. La isla estaba patas arriba. Aquella situación era surrealista.

—Ojalá.

—íbamos en el coche,— dijo Ki de repente, llamando la atención de ambos chicos, los cuales se encontraban pegados a los ventanales mirando hacia el resto de la isla.— seguro que también nos buscan.

—Hay que tener cuidado.— murmuró Mayven pasando sus manos por sus ojos, quitándose el sueño.— Sobre todo con tu coche, Ki. Tu familia lo estará echando en falta.

—Si somos delincuentes,— comenzó Pope a decir, mirando a JJ con ojos oscurecidos. Mayven frunció el ceño.— ayudemos a John B.

—¿Cómo? ¿Encontrándolo antes?— Pope fue hacia la mochila de Ki, cogiendo unas llaves y comenzando a caminar hacia la salida.— ¡Pope!

—Voy a por gasolina.

—Ten cuidado.— saltó Ki con el ceño fruncido, observando cómo el chico abría la puerta de un tirón. Pope frenó en su sitio, mirando a la chica fijamente con una expresión neutra.— ¿Vale?

El chico la miró por unos segundos más, para después apartar la mirada sin decir absolutamente nada. Mayven enarcó una ceja y giró su cabeza hacia Kiara, quien tenía los labios fruncidos. Ella negó su cabeza hacia la teñida.

—Nos vemos allí a las tres,— pronunció Pope con firmeza.— No tardéis.

Y mirando a Ki una vez más, salió del restaurante a zancadas, cerrando la puerta detrás de él con fuerza. Los tres amigos se miraron entre ellos, sus rostros llenos de confusión por la actitud y el cambio de personalidad de Pope.

—¿Qué cojones?— murmuró Mayven.

Entonces Ki bufó y se levantó de donde estaba sentada, siguiendo a Pope con pasos firmes hacia la salida. Mayven miró a JJ, quien había hecho lo mismo, y suspiraron antes de salir junto a Ki.

—Pero oye, ¿qué problema tienes?— exclamó la morena bajando las escaleras del porche, dirigiéndose hacia donde estaba Pope cogiendo una moto vieja aparcada al lado del establecimiento, la cual parecía ser de Ki.

—Ninguno, agente. Solo hago mi trabajo.— respondió él sin mirar hacia atrás, montándose en el vehículo.

Mayven se quedó en el porche, mirando desde arriba la escena como si fuese una película improvisada. JJ se puso a su lado lentamente, ambos guardando silencio ante lo que estaba ocurriendo.