xxvii. casa de empeños

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" todo parece empezar a ir
bien, cuando después te
das cuenta que sólo es
Dios dándote algo de calma
antes de la tormenta "


Después de aquella noche llena de adrenalina, los chicos volvieron a sus casas para coger energías para el día siguiente. Mayven estaba tan ilusionada. Bianca ya había aceptado el trabajo, ¡pero ella tal vez podría quedarse allí! Si su hermana de verdad quería estudiar, la mandaría a hacerlo. Y ella se quedaría en Outer Banks, en una bonita casa, abierta para Bianca en todo momento.

Ese día tendrían que planear cómo sacar el oro a la perfección. La señora Crain todavía vivía allí y nadie quería volver a ser disparado. Además, el oro pesaba mucho, por lo que habría que hacer varios viajes para sacarlo de allí.

—Vamos a repasar el plan.— dijo Ki sujetando un folio con un dibujo en él. Las tres chicas del grupo se encontraban sentadas en la furgoneta, la puerta corredera abierta, ellas simplemente sentadas en los asientos del vehículo.

—Sí, a ver...— dijo Sarah acercándose un poco a la morena para mirar el folio.

—Está a quince metros y usaremos una cuerda de treinta.— dijo Kiara, siguiendo con el dedo el dibujo de la polea que se adentraba en el pozo, todas las medidas de altura y anchura apuntadas en allí, todo demasiado infantil.— Y así que el carrito irá... Directo a la cámara del oro.

Las tres rieron ante la vaga explicación del plan, siendo éste demasiado surrealista. ¿De verdad el chico pensaba que podrían meter un carro ahí dentro? Mayven le quitó la hoja a Ki y acercó su rostro al folio con una pequeña sonrisa, inspeccionando el dibujo.

—Podría dárselo a Bianca. Va a trabajar en un museo y estoy segura de que esta obra de arte debe pertenecer a uno.— rió la teñida, las otras dos siguiendo su carcajada, Ki después cogiendo de nuevo la hoja entre sus manos, encontrándose ella entre ambas chicas.

—¿Quién lo ha dibujado?— preguntó Sarah divertida, Ki y Mayven mirándose después con una sonrisa cómplice, sabiendo quién había sido. No habían tenido ni que preguntarlo.

—¿Tú qué crees?— le dijo Kiara de vuelta, ahora las tres chicas girándose hacia dónde estaban John B y Pope preparando algo, el moreno mirando hacia su dirección en ese momento también.

Mayven enarcó una ceja al verle ensimismado mirando hacia ellas, se apartó del lado de Ki y bajó de la furgoneta de un salto, para que Pope tuviese acceso directo para seguir mirándola, una sonrisa divertida en sus labios. Sarah rió silenciosamente, ambas mirándose de reojo sin que Ki se diese cuenta.

—¡Ki!— resonó la voz de JJ saliendo de la casa de John B, acercándose a las chicas con algo brillante en las manos, frenando al lado de Mayven mientras enfrentaba a las otras dos.— Espero que funcione.— seguidamente, el rubio dejó caer tres láminas de oro para después recostar su hombro contra la furgoneta.— No podremos empeñarlo con el símbolo de una espiga.

Ki cogió del suelo un soplete y miró a JJ con confianza reflejada en sus facciones, alzando el instrumento a la altura de su cabeza.

—Funcionará.— asintió la morena con determinación en sus ojos. Parecía que estaba contenta con la idea de utilizar aquello.

—Sólo... No lo sujetes así, ¿vale?— le dijo Mayven dando un paso hacia atrás con las manos alzadas.— No quiero salir de aquí con quemaduras por tu culpa.

—No te preocupes, el sol ya va a hacer mi trabajo.— rió Ki saltando de la furgoneta con el soplete todavía en sus manos.

—¡Hey! Que sea pálida no significa que tenga que quemarme siempre obligatoriamente.— enarcó una ceja hacia Ki, fingiendo estar realmente ofendida, haciendo que la morena sonriese divertida.

not ur friend [ jj.m ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora