xxviii. el camello

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" la ira es un ácido que
puede hacer más daño
al recipiente en el que se
almacena que a cualquier
cosa sobre la que se vierte "

El viaje en la furgoneta de John B siguió su curso, el grupo dirigiéndose a la dirección que les había dado la mujer de las casa de empeños. Personalmente, Mayven no había confiado mucho en las palabras de la mujer. Después de haber cuestionado tantas veces que el oro no era verdadero y seguidamente haber asegurado que en el almacén había más dinero, Mayven no sabía si creerse alguna de sus palabras.

—Y... ¿Aquí guardan el dinero?— preguntó con desconfianza Pope, habiendo llegado a la zona donde supuestamente estaba el almacén. Justo habían pasado por al lado de una casa con las ventanas rotas, sin parte de techo y con maleza que les llegaría a la altura de las rodillas. No parecía un lugar donde guardarían miles de dólares.

—Eso dice ella.— contestó JJ mirando también por la ventana, después girándose con una sonrisa maliciosa a Pope.— Já, eso dice ella...

—Basta.— le dijo el moreno mirándole aburrido, la sonrisa de JJ desapareciendo de su rostro enseguida.

—Jamás he oído hablar de Resurrection Drive.— se giró Sarah hacia los chicos en la parte de atrás de la furgoneta desde el asiento del pasajero, su codo en el respaldo de cuero negro.

—Porque eres rica.— le dijo JJ con mofa, Mayven rodando los ojos en cuanto le escuchó.

—Tú tampoco lo has oído.— le dijo Ki negando con la cabeza, recibiendo un "gracias" de Sarah.— Ugh, aquí sólo hay maleza.

—Sinceramente, yo optaría por volvernos y buscar otra manera de conseguir el dinero. No confío mucho en la palabra de esa mujer.— aportó Mayven con los labios fruncidos.

De repente, un sirena comenzó a sonar desde el exterior, haciendo que todos se girasen a la dirección del coche negro que ahora estaba detrás de la furgoneta. Mayven frunció el ceño enseguida, sin entender qué hacía allí la policía.

—¿La poli? ¿Aquí?— preguntó Ki con confusión.

—¡Joder, no me lo puedo creer!— gruñó JJ negando con la cabeza con frustración. La policía siempre parecía pisarles los talones a cualquier sitio al que iban.

—Pero, ¿qué hemos hecho?— protestó Sarah sin dejar de mirar hacia atrás.

—Tranquilos chicos, a lo mejor están haciendo una batida de drogas o algo así...— dijo Mayven encogiéndose de hombros, intentando encontrarle un sentido sin ella estar completamente segura de sus palabras.— JJ, no tienes hierba aquí, ¿verdad? Dime que no, por favor.

—Siento decepcionarte.— dijo JJ buscando la toalla en la que debía envolver el lingote de oro que seguía teniendo en la mano desde que salieron de la casa de empeños.

—¡Guarda eso!— le presionó John B después de haber frenado la furgoneta a un lado de la carretera.

—¡Guárdalo ya!— dijo Pope con los ojos bien abiertos, señalando el objeto con urgencia.

—Chicos, joder, no os pongáis nerviosos.— les dijo Mayven rodando los ojos. Tal vez ella estuviese también un poco nerviosa, pero debían mantener la calma.— Si seguís así nos buscaremos un problema.

—Odio a los polis.— dijo JJ con la mandíbula apretada, el hueso de esta marcándose más de lo normal. Mayven debía admitir que JJ enfadado era sexy. Pero sólo un poco enfadado, no hecho un completo loco.

not ur friend [ jj.m ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora