not ur friend [ jj.m ]

xxiv. reinventarse

" sé lo suficiente valiente para
curarte a ti mismo aunque duela "

El sol estaba apunto de comenzar a bajar de lo alto del cielo, y Mayven había decidido que ya era hora de ir a casa de John B. Había estado todo lo que quedaba de la mañana y parte de la tarde con la mudanza. El salón estaba lleno de cajas y en su habitación sólo quedaba la cama, una estantería y la ropa en su armario, mientras las cajas se encontraban apiladas en una esquina. Le dolía ver eso, pero tenía que dejar de pensar en ello. Si no, se consumiría en sus propios pensamientos.

Antes de cenar tenía pensado ir al cementerio. Esperaba que allí pudiese aclarar más sus ideas, ya que su habitación no podía hacer esa función nunca más. Ya no la sentía suya, y ya no le gustaba estar allí, el vacío en su pecho siendo representado por la ausencia de sus pertenencias en la habitación.

Bianca le dio permiso para coger la moto, ya que no quería ir andando, y la rubia se quedaría en casa. Mayven se montó en el vehículo, poniéndose el casco negro justo después, y arrancó la moto, dirigiéndose a casa de John B. No quería admitirlo, pero estaba nerviosa. Muy nerviosa.

Llegó en menos de cinco minutos. Se podría acostumbrar a ir en moto. Rápido, ágil y cómodo. Aparcó la moto a un lado de la casa, y subió las escaleras del porche. No se detuvo para llamar y pasó directamente, dirigiéndose al porche trasero. Lo menos que esperaba al atravesar la puerta, era ver a Sarah Cameron sentada en el sofá, John B a su lado, Ki lanzándole cuchillos con sus ojos, y JJ y Pope haciendo de espectadores.

Con los ojos abiertos confusa, pasó su mirada por todos, ellos habiendo subido la cabeza para mirarla. JJ había llevado sus ojos a la chica por menos de un segundo, volviendo a ignorarla.

—Hola, Mayven.— dijo Sarah, rompiendo el silencio. Sintió cómo su respiración se atoraba en su garganta, el miedo enseguida inundándola.

—Uh, hola, Sarah.— saludó de vuelta sin querer ser irrespetuosa.— ¿Qué haces aquí?— le preguntó confusa.

—Eso era lo mismo que nos estábamos preguntando nosotros.— dijo Ki enfadada, dirigiendo su mirada a John B.— ¡No recuerdo haber votado nada! Esto es algo nuestro. Es de los Pogues.

—Tengo que decir que me siento... Incómodo con todo esto.— intervino Pope con una mueca.

—¡Gracias!— dijo Ki con desesperación.

—¿Cuándo no estás incómodo?— le dijo John B de vuelta, defendiendo a Sarah.

—Hasta aquí he venido muy cómodo con JJ en la bici.— le dijo Pope enseguida, intentando permanecer firme.

—Es verdad. Venía muy relajado.— asintió JJ a su lado.

—Me alegro...— murmuró John B, dirigiendo su mirada al exterior del porche con una mueca.

—Todos estábamos muy cómodos hasta que la has traído.— le dijo Ki, mirando directamente a John B con enfadado acumulado.

—¡No hables de mí como si no estuviera!— exclamó Sarah a la defensiva.

—¡Pues vete!— le dijo después la morena sin perder la compostura. Sarah jadeó, dirigiéndose a John B.

—Te lo dije.

—¿Le dijiste qué? ¿Que eres una falsa?— escupió Ki. Mayven abrió los ojos. Pocas veces había visto a Kiara así de enfadada.

—Que eres una zorra criticona.— atacó Sarah de vuelta.