Se dice que todos estamos destinados a coincidir con alguien en la vida. Se dice también que en realidad el futuro ya está escrito desde el momento en el que llegamos a este mundo, porque cada uno tiene su propia misión en él. Es por eso que, aunque parezca increíble, desde el inicio de nuestros días estamos marcados.
Dicha insignia puede o no ser visible para los demás, pero siempre es visible para nosotros mismos. Es una marca que nos indica un poquito de nuestro incierto destino desde siempre, y que nos sabe guiar hacia lo que está esperando por nosotros, aunque muchas veces no tengamos idea de qué es hasta que lo podemos tener enfrente. Esa es la magia de las marcas que acompañan a los humanos desde su nacimiento, indicando que ahí está su compañero ideal de vida, esperando por ellos en algún lugar del mundo. Nada es obligatorio en realidad, y cada quien elige cómo conectar con esa persona que sabemos debe quedarse en nuestras vidas, pero encontrarla es conocido como lo mejor que nos puede pasar, y es más que normal tener ese deseo. Tener ese compañero de vida a tu lado es llegar a la máxima satisfacción, según los libros, las noticias, y lo que Park Jimin siempre idealizó, buscando por todas partes y cada vez que podía a alguien que tuviera una pequeña estrella en su mejilla izquierda.
Pero, en un mundo donde las almas gemelas son un tema imposible de ignorar, debe ser más que doloroso no contar con la posibilidad de encontrar la tuya; ser el raro que no tiene ningún indicio de estar destinado a compartir junto a alguien podría ser considerado de las anomalías más horribles que le puede tocar vivir a un ser humano, pues la sociedad siempre lo tachara como una lástima.
Por eso mismo, Jeongguk nunca quiso confesar que su marca no existía y siempre lo hizo ver como que simplemente yacía en un lugar imposible de observar desde un punto de vista ajeno. El chico pasó su vida intentando ignorar el hecho de que no tenía una marca a la cual perseguir, un futuro como el que todos a su alrededor soñaban, pero sabía que no había sido el único y había intentado encontrar consuelo en eso: si más personas habían logrado ser felices incluso sin tener ese alma gemela que todos tanto buscaban, entonces él también podría. Aunque tuviera que ocultar esa verdad para no tener que soportar los comentarios del resto, y aunque ya dudara mucho del tema, sin ser para él algo importante o del todo real, igualmente le ponía su mejor cara a la vida, planeando vivirla plenamente e intentando no pensar tanto en ese alarmante futuro que en realidad no tenía por qué estar definido por un dibujo en su piel.
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byeol (별); pjm + jjk
RomanceEn un mundo en el que las almas gemelas nacen con una marca distintiva en alguna parte de su cuerpo, que las ayuda a unirse, Jeongguk, un joven coreano que comienza su primer año de universidad, ha vivido gran parte de sus años engañado, pensando qu...