La primera semana de vacaciones había pasado tan rápido que a Jeongguk le parecía injusto. Aunque dadas las circunstancias también lo agradecía. Era extraño, porque no quería volver a la universidad, pero a la vez no quería estar en su casa. Todo allí se sentía tan frío y falso, que se preguntaba si la mejor opción era simplemente escaparse de allí. De hecho, incluso averiguó si las residencias seguían abiertas por si algún estudiante quería pasar su descanso en el edificio, pero obviamente no salió como él quería.
Ese sábado se despertó con un humor de muy pocos amigos, como era ya habitual en él. Pero se sintió un poco más aliviado cuando descubrió una nota en la mesa del comedor, la cual era un aviso de sus padres de que tenían un evento de trabajo de Seokho y por ende no llegarían a casa hasta por la tarde. Sería el primer día en que la casa era solo para él, o al menos eso parecía, hasta que tiempo después alguien abrió la puerta: efectivamente su hermano mayor había faltado a la fiesta. No era que Wooseok le fuese una molestia, en absoluto, pero en serio necesitaba estar solo al menos una vez. Por ello, rechazó su invitación a desayunar juntos y decidió salir por el barrio a caminar un poco. Cuando era más joven, solía disfrutar el paseo en dirección a su colegio, aunque sus padres insistieran en llevarlo en el auto.
Se tomó su tiempo para recorrer ese lugar en el que tantas cosas vivió. Nunca se habían mudado, así que toda su vida estaba impregnada en aquellas calles, y lo llenaban de angustia incluso aunque no hiciera ni un año que había caminado en ellas por última vez. Porque ya no era el mismo Jeongguk, porque ya no era ajeno a lo que en realidad pasaba con él. No podía dejar de pensar en todo lo que había cambiado en su vida con la llegada de la facultad, o mejor dicho, con la llegada de Park Jimin. Porque, siendo sincero, sabía que si no fuese por él, Jeongguk nunca hubiese pensado siquiera en querer un alma gemela. Jimin fue, sin dudas, un despertar para él. Y lo extrañaba muchísimo. Llevaba cinco días sin hablar con él, desde aquel lunes en el que todo en casa se desmoronó. Necesitaba tiempo para sí mismo, para juntar valor y arreglar sus cosas, porque no quería darle a Jimin algo tan inestable y roto como lo era su situación actual. En la facultad, se había autoconvencido de que su relación estaba bien, porque solo estaban ellos, sus amigos, las clases y las residencias. Pero no sería así para siempre, y al salir de ella habría muchas otras cosas que enfrentar. Pues para hacer eso, Jeongguk necesitaba estar solo. Él no quería que Jimin pasara ni por la mitad de lo que él mismo estaba viviendo en ese momento; no quería que Jimin supiera todo lo que sus padres decían sobre su propio hijo, ni el pensamiento tan retorcido que podían llegar a tener. Lo que buscaba Jeongguk, era llegar con sus padres a algún acuerdo que hiciera todo más sencillo para él y su pareja, y solo así podría acercarse tranquilo a Park nuevamente. Pero en toda esa semana solo había conseguido más discusiones y choques. Al parecer tardaría más de lo deseado en volver con su amor.
Cuando estuvo frente a su antigua escuela, no pudo evitar sentarse a llorar en el cordón. La gente que pasaba lo miraba extraño, sobre todo porque algunos lo reconocían, pero nadie hacía nada. Jeongguk se lamentó por todo lo que estaba viviendo y colapsó frente al edificio sin ningún pudor. Otra cosa que había cambiado en esos meses de facultad, era su talento para fingir que nada le dolía: pues ahora no tardaba ni dos segundos en expresar su pesar.
El cual fue interrumpido por una mano que se posó en su hombro un rato después. Al levantar la mirada, se encontró con la persona de la que estaba huyendo.
— ¿Lo extrañas? — Fue lo único que preguntó, sabiendo que las lágrimas del más joven seguro se debían a la ausencia de su otra mitad.
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byeol (별); pjm + jjk
RomanceEn un mundo en el que las almas gemelas nacen con una marca distintiva en alguna parte de su cuerpo, que las ayuda a unirse, Jeongguk, un joven coreano que comienza su primer año de universidad, ha vivido gran parte de sus años engañado, pensando qu...