La expresión de alegría de Park Jimin al ver a su amigo de secundaria en la habitación apenas llegado a la universidad daba la impresión de que no se había cruzado al muchacho en años, cuando en realidad siempre estaban codo a codo, incluso en vacaciones. Min Yoongi estaba acomodando su armario justo cuando el rubio tocó la puerta, y no dudó en tirarse sobre él para abrazarlo y festejar un nuevo año que comenzaban juntos. Después de un primer año tan estresante y fuerte para los dos, la compañía mutua era lo que más ansiaban del nuevo ciclo, sintiéndose más que listos y confiados para afrontarlo.
El año anterior había sido un caos, pues ninguno esperaba lo fuerte que la carrera de Música podría ser debido a los estereotipos que la rodeaban. Si bien Yoongi estaba muy enfocado en ello y deseaba con todas sus fuerzas convertirse pronto en productor, había pasado por una crisis típica de ingresante en la que se había cuestionado si realmente era para él lo que había elegido, haciendo que Jimin tuviera que parar un poco también para ayudar a su amigo, quien lo preocupaba demasiado. Después de todo, habían descubierto su pasión por la música juntos, y eso los hizo dar el click que había fortalecido su amistad años atrás, cuando actuaron juntos en el teatro de la escuela por primera vez. Fueron inseparables sobre y debajo del escenario desde entonces, dando por sentado también que sus caminos irían por el mismo lado.
Jimin entendió perfectamente a su amigo cuando este necesitó un descanso de unas semanas en ese primer año, pero se mostró más que feliz y orgulloso cuando lo vio regresar para los finales, y fue el primero en hacerle porras cuando recibió sus notas, las cuales fueron totalmente aprobadas.
Sabían lo afortunados que eran de que les hubiese tocado juntos en las habitaciones, así que lo tomaban como un honor y lo usaban a su favor para poder apoyarse mejor. Era como vivir con tu mejor amigo, con el plus de además estudiar lo mismo y poder darse una mano de vez en cuando. Según los dichos, el segundo año era menos cansador que el primero, pero no por eso menos exigente, así que se prepararon mentalmente durante todo el verano de todas formas, juntándose a estudiar y repasar cada vez que podían para estar frescos de memoria al arrancar una nueva etapa. Parecían fanáticos del estudio, o de la facultad misma, cuando la realidad era que solamente intentaban sobrellevarlo lo más levemente posible, cosa que los volvía más fuertes.
Los jóvenes acomodaron su habitación en un santiamén mano a mano mientras se divertían como si de dos niños se tratara el asunto. Estar juntos ya era lo mejor que les había pasado en el año y apenas era el comienzo de este. Por lo que habían leído en mails pre-ingreso para ese ciclo lectivo, la primera semana estaría más enfocada en una adaptación en la que cada año debía presenciar charlas sobre las nuevas asignaturas a las que se presentarían, mientras que los nuevos recorrerían también los edificios a manos de guías de otros estudiantes. De hecho, fue algo ingrato recibir un nuevo correo electrónico para Min y Park, pues este decía que ellos dos eran parte de los estudiantes elegidos para guiar a los recién llegados por los edificios.
— ¿Ayudar a los de primer año? Ni loco. No quiero tener que recorrer todo el puto campus de la facultad. — Se quejaba el pelinegro con tono caprichoso. Park se había tirado en su cama en shock por la noticia. — ¿Cómo es que iremos a las charlas y esto al mismo tiempo?
— Las charlas son a las ocho, el recorrido empieza a las once.
— ¡O sea que no vamos a poder almorzar bien! Apenas estamos en segundo ¿por qué piensan que estamos aptos para esto?
Lo que dijo Park a continuación era cierto: como alumnos de segundo, eran quienes más fresco tenían el concepto de "los recorridos"; por lo tanto eran los más aptos para llevarlos a cabo ese año. No recordaba qué edad habían tenido sus guías, pero sí recordaba que eran gente común y corriente y que había sido algo bastante superficial. En realidad no debían estudiarse plano por plano cada rincón de la facultad, solo saber qué ofrecía cada edificio y caminar un rato con el grupo que tocase. Así que en realidad a Jimin no le molestaba del todo la idea de tener que ser un guía, pero sí le parecía fastidioso tener que hacer tantas cosas en tan poco tiempo. Debía cumplir con las charlas, ser un buen guía para quedar bien con la institución, y para colmo prepararse para un nuevo ciclo que no sabía cuán demandante iba a ser. Fue por eso que ese primer día previo a los recorridos, se dedicaron exclusivamente a caminar ellos solos por los edificios, tomando notas de cosas importantes que seguramente debían de enseñar a los ingresantes. Haciéndolo, se dieron cuenta de que en realidad era una actividad bastante divertida, no tan cansadora como habían imaginado, por lo que al llegar a su habitación después de pedir comida en la cafetería para llevar se sintieron totalmente satisfechos con sus tareas a cumplir.
— ¿Crees que nos toque juntos? Oí que el número de ingresantes es gigante este año, así que vamos a dividirnos sí o sí.
— Espero que podamos hacerlo juntos, sobre todo porque tus apuntes son mejores que los míos. — Bromeó Park. Yoongi siempre había sido más estructurado que él y, por ende, sus apuntes muy organizados y precisos.
Ambos se durmieron esa noche expectantes por lo que el día siguiente les propondría, listos para empezar su ciclo lectivo, en parte, y ayudar a quienes apenas estaban llegando al mundo universitario.
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byeol (별); pjm + jjk
RomanceEn un mundo en el que las almas gemelas nacen con una marca distintiva en alguna parte de su cuerpo, que las ayuda a unirse, Jeongguk, un joven coreano que comienza su primer año de universidad, ha vivido gran parte de sus años engañado, pensando qu...