CAPÍTULO 4

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Jeongguk se sintió perdido en el gran comedor, pues no estaba acostumbrado a lugares tan concurridos. Por esa razón optó por, simplemente, pedir su comida e ir directo a la habitación a disfrutarla. Sabía que no era exactamente la acción más social que podría haber ejecutado, pero en ese momento exacto no se sentía con ganas de interactuar con gente nueva, por el contrario, aprovechó ese tiempo para poder charlar por teléfono con su mamá, quien lo atendió enseguida y hasta lloró de alegría al escucharlo. El chico se mostró contento con su experiencia hasta el momento; mientras la mayor aseguró que estaba todo bien. Comentó que había encontrado una nueva telenovela con la cual engancharse para pasar más rápido el tiempo durante el día, así que Jeon logró calmarse un poco respecto al bienestar de su mamá. Le explicó nuevamente, tras la duda de la mujer, que la primera semana sería leve pero en la segunda ya empezarían las verdaderas clases y tal vez no tendría tanto tiempo para charlar, así que la señora agradeció que su pequeño aprovechara esa semana para mantenerla al tanto. No fueron pocas las veces en las que durante esa charla expresó lo mucho que necesitaba a su pequeño.

Su comunicación duró todo lo que Jeongguk tardó en terminar su ramyeon y comer un muffin de chocolate luego. Hablaron de cosas triviales, simplemente para pasar el rato juntos como si no estuvieran a una hora de distancia, hasta que Namjoon entró por la puerta y Jeon supo que su tiempo de privacidad se había terminado. El mayor le juró al contrario que no tenía problema, que podía simplemente quedarse callado mientras él hacía lo suyo, pero Jeon insistió en que estaba bien, pues llevaban más de media hora de charla. Kim lo felicitó por mantener contacto con su familia, pues él lo había perdido casi que por completo ya que en realidad se habían ido a los Estados Unidos a vivir, sin importarles mucho que su hijo quisiera estudiar en Corea. La decisión había sido difícil, obviamente, pero el chico se había acostumbrado a estar solo en el país, a decir verdad. Jeongguk lo admiró tan solo saber esa parte de su historia, y hasta deseó aconsejarle que llamara a alguno de los suyos cuando sintiera ganas o necesidad de compañía, pero entendió la forma de verlo que tenía el mayor así que prefirió no meterse.



Si bien era introvertido y no estaba del todo listo para tener que interactuar con desconocidos, la idea del pelinegro no era quedarse 24/7 en su habitación y solo interactuar con su compañero de cuarto, así que aprovechó cuando llegó una hora en la que la mayoría estaba disfrutando una siesta para salir a recorrer un poco más del campus. Obviamente no iba a hacer un viaje enorme por cada rincón ni nada parecido. Solo quería explorar un poco más allá. Por ejemplo: los espacios verdes, más que solo recorrer edificios y pasillos. A esas horas de la tarde, no eran muchos los estudiantes que paseaban por allí, razón por la cual se sintió cómodo al caminar e investigar cada pequeño detalle que le llamó la atención. El patio que estaba recorriendo era el que unía todos los edificios de residencia, pues había encontrado la puerta hacia él y fue todo un mundo nuevo. Había pensado que el único espacio verde de la facultad era el delantero, pero descubrió esa joya de repente al haber bajado a la recepción de su edificio y estaba muy agradecido. Si bien no era tan verde como el recién nombrado, igualmente tenía una bonita decoración y se podía disfrutar de muchas plantas, todo eso acompañado de muy lindas piezas de arte (cuadros, estatuas, columnas bien pintadas, etc), por lo que el chico parecía totalmente perdido ante tanto que observar. Se notaba a kilómetros que era un recién llegado y honestamente no le importaba, pues no había nada de malo en eso.

Tras haber admirado cada una de las piezas de arte que se encontraban allí, y la entrada a cada uno de los edificios de alumnos disponibles, decidió sentarse en el piso para disfrutar un poco del bello sol que daba contra ese espacio. Lamentablemente, dicha relajación bajo la luz duró poco. Fue confuso para él que algo le tapase el sol de repente, así que abrió los ojos de inmediato cuando sucedió, encontrando así al responsable.

— ¿Meditando ya en tu primer día? — Bromeó el que reconoció como su guía: Park Jimin. El chico se sentó a su lado luego, una vez habiendo llamado su atención. Jeon simplemente cerró los ojos otra vez ahora que la luz había vuelto a iluminar su cara.

— Solo disfruto del sol. Algo me dice que una vez realmente empezadas las clases no podré hacerlo tanto.

— Supongo que tienes razón. Fueron muy pocas las veces en las que pude venir a este patio el año pasado. A menos que te guste estudiar afuera. — Aconsejó. Jeon lo miró haciendo una mueca que le dejó saber al mayor que claramente ese no era el estilo del chico. — Okay, claramente no verás el sol muy seguido.

— Gracias, sunbaenim. — Su tono de queja fue muy claro. Volteó entonces, sin intenciones de seguir charlando. Sintió cómo Park se movía a su lado, pero no le interesó saber qué hacía, de hecho pensó que se había ido y eso le sacó una sonrisa.

Lástima que en realidad solo se había recostado sobre el pasto. — ¿Quién es tu compañero de habitación, por cierto?

— ¿Es eso de mucha importancia?

— Tal vez lo conozco. Podemos ser amigos los tres.

— Es Kim Namjoon, no creo que lo conozcas.

— Lo hago. Bueno, en realidad a su alma gemela. Misuk noona fue mi tutora, o algo parecido, para uno de los exámenes que hice el año anterior. Namjoon hyung siempre estaba ahí. ¿No hacen una pareja divina?

— Supongo, aún no la conozco.

— ¡Pídele que te la presente! Es muy buena para enseñar Armonía, te servirá en caso de que te cueste esa materia este año. ¿Qué hay de ti y tu marca?

La molestia de Jeongguk fue evidente en su expresión cuando simplemente miró a Park para indicarle que no tenía intenciones de responderle. El rubio entendió enseguida que no debía seguir la conversación pero aún así se sintió confundido por el repentino trato. Intentó bromear sobre la propia, mostrando su mejilla para que el muchacho viera la pequeña estrella que en ella yacía, pero el contrario no emitió sonido, solo observó la marca como si no fuera nada y volvió a voltear su vista para encontrar el sol. Park no supo si pedir perdón o simplemente irse, así que no hizo nada. Se quedó a su lado hasta saber si el menor quería seguir hablando o no, siendo claro que la segunda opción era la correcta. Minutos después de esa situación bastante incómoda, el chico se levantó de su lugar. Miró entonces a Jimin, haciendo una reverencia demasiado formal para gusto del mayor.

— Nos vemos mañana, sunbaenim.

Casi que corrió de nuevo a su habitación. Ni siquiera tomó el ascensor hasta su piso, simplemente ejercitó sus piernas hasta llegar al tercero y buscó su puerta para volver a encerrarse por el resto del día. Namjoon dormía en su cama cuando Jeon regresó, por lo que intentó hacer el menor ruido posible y la única compañía que tuvo en la tarde fue la de sus canciones preferidas y sus auriculares. Tenía mensajes de su mejor amigo de secundaria por contestar, pero prefirió no hacerlo en ese momento. Las horas hasta que Namjoon despertó se basaron en escuchar música tranquila mientras jugaba a lo primero que encontró para descargar en internet. Se seguía sintiendo molesto con Jimin hyung luego de todo ese tiempo, pero a la vez sabía que no lo había tratado de buena forma, así que esperaba comportarse mejor al día siguiente para poder disculparse luego de su recorrido. Se puso entonces una meta: no colapsar cada vez que alguien le hablara del tema almas gemelas, intentar no pensar tanto en ello pero que tampoco fuera un infierno tener que tocar el tema con alguien más. Después de todo, sabía que nadie tendría malas intenciones, solo curiosidad.

No entendía por qué de repente lo descontrolaba tanto la situación, pues siempre lo había llevado de forma tranquila. Al parecer sentía demasiada presión al estar allí, solo, sin el apoyo cercano de su familia y ya siendo casi un adulto que supuestamente debería haber encontrado a su persona ideal o al menos estar en búsqueda. Temía que esas ideas lo sofocaran demasiado, por eso quería empezar a manejarse de otra forma, y el primer paso era disculparse con su sunbaenim, quien no tenía para nada la culpa de lo que el chico sufría. 

byeol (별); pjm + jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora