CAPÍTULO 23

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La mesa de la cafetería quedó en completo silencio cuando vieron a Wooseok abandonarla con mucha rapidez tras haber atendido una llamada telefónica. Estaban cenando en grupo con sus nuevas amigas de primer año: Yeji, Ryujin y Chaeryeong, ya que luego de la fiesta en la que habían compartido se les ocurrió que sería buena idea seguir en contacto. En parte, porque todos sabían de la onda que ciertas dos personas se habían tirado esa noche, y apostaban por ellos dos.

Aunque intentaron seguir normal mientras el más alto del grupo hablaba por teléfono a un costado de la mesa, la realidad era que todos estaban con un ojo sobre él, tanto por curiosidad como por preocupación. Hwang Yeji, de hecho, no disimuló como los demás su urgencia por mirarlo y esperar al contrario. Su relación con Jeon no era súper íntima, pero sí era, de alguna forma, la más cercana y mejor formada del grupo. No habían salido a solas luego de su almuerzo exprés de la otra vez, pero siempre que estaban entre todos, eran los dos que más congeniaban, a pesar de los años de amistad que ya había entre los varones. Aún así, la chica estaba más que dispuesta a ser un apoyo para el mayor, notando a lo lejos lo mal que se veía mientras charlaba y lo alterado que parecía. La misma Hwang estaba sintiendo desesperación dentro de sí, como si entendiera lo que le estaba pasando al pelinegro, incluso sin saberlo en realidad. Por eso, ni siquiera esperó a que el chico volviera a la mesa, y cuando lo vio cortar el teléfono, pelear con el aparato y alejarse de la cafetería, lo siguió. No estaba muy segura de que eso estuviera bien, pues en ese poco tiempo que llevaban conversando con su grupo de amigos, las tres mujeres habían llegado a la conclusión de que Jeon era, por lejos, el menos sociable/amigable de todos. No les parecía mala persona, menos después de lo que había hecho por Yeji en la última fiesta a la que habían asistido (detalle que ella les había comentado al día siguiente de que sucediera), pero sí les llamaba la atención su personalidad tan reservada, más a comparación de la de sus amigos. Pero a Hwang no le importaba mucho eso. Es decir, respetaría si Wooseok la mandaba a la mierda por haberlo estado siguiendo cuando lo enfrentara, pero mientras tanto, seguiría su instinto.


El más alto fue hasta su habitación sin siquiera parar un segundo o mirar atrás una vez. Yeji tampoco se atrevió a hacerse notar, de hecho le costaba trabajo acercarse, por lo decidido y veloz que estaba siendo. Cruzaron miradas por primera y única vez en todo ese rato, cuando Jeon entró a su cuarto y estuvo a punto de cerrar la puerta, pero la figura de la chica se hizo presente frente a él. Vociferó un grito de susto, gesto que luego lamentó tras mirar atrás y notar el cuerpo dormido de su compañero de habitación en la cama. Sin más remedio, salió de allí con la mirada intensa de la joven sobre sí, dispuesto a escuchar lo que fuera que quería decir. La chica solo le sonrió de forma dulce, con intenciones de mostrarse tranquila y restarle seriedad al asunto, pues sabía que el humor de su sunbaenim no era el más paciente en esos momentos. Así que ella se pondría la mochila de la buena onda.

Fue Wooseok quien preguntó para qué lo buscaba, planteando luego que podría haberlo parado antes en lugar de seguirlo hasta allí, a lo que la pelirroja respondió que prefirió no molestar, y que no supo cómo detenerlo. Ahora que lo tenía enfrente, ni siquiera sabía por qué lo había estado acechando por toda la universidad ese. ¿Tenía algo importante que decir? ¿Qué estaba buscando exactamente? Esas preguntas sonaron en su mente, pero salieron de la boca del chico también, sacándola de su trance y haciéndola sentir más que patética. Cubrió su rostro con las manos para ocultar el rubor de sus mejillas mientras se disculpaba. Jeon no entendió dicha reacción, pero la tranquilizó de a poco hasta lograr que aflojara el agarre en su cara, tomando ambas manos de la chica para ayudarla a destaparse. Sus ojos se encontraron de cerca ya que el pelinegro se había inclinado un poco para realizar dicha acción, y ninguno supo qué movimiento hacer cuando esto sucedió. Ninguno quería dejar de mirar al otro.

byeol (별); pjm + jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora