— No soy tonta, Wooseokssi. Sé que algo te sucede. — Insistió la pelirroja. Se sentó en la cama del compañero de cuarto del muchacho, pues no estaba cuando llegaron de la facultad de Música. Yeji no planeaba irse de ahí hasta no saber por qué la actitud de su acompañante había cambiado tan repentinamente. Algo tendría que haberle pasado.
Lástima que Wooseok no daba brazo a torcer, y simplemente negaba cada uno de los comentarios y preguntas de su hoobae que solo estaba intentando ayudarlo y cuidarlo. Porque el chico no podía decir exactamente qué le estaba pasando. Eran cosas que prefería y debía de procesar por su cuenta antes de poder hablarlas con alguien más, y en realidad no era Yeji la persona con la que tenía que hacerlo. Efectivamente se debía una nueva charla con su hermano menor, así que se tomaría el tiempo necesario para juntar coraje y hacerlo. Aún así, Hwang no se rindió tan fácilmente.
— Puedes hablar conmigo, ¿lo sabes? Acabo de viajar hasta otra facultad llena de gente desconocida, por ti. Creo que te dejé bien en claro que me importas. — Se acercó a él, en su cama, para agacharse, tomando las rodillas del contrario para mantenerse equilibrada y de paso mirarlo a los ojos apenas él le devolvió la mirada, avergonzado. No le importó estar tomando demasiada confianza. — Dime lo que te preocupa.
— No puedo, Yejissi. Son cosas personales.
— ¿Algo salió mal con tu hermano?
— No. Pero algo salió mal conmigo después. En el transcurso del día yo... me di cuenta de algo que me hizo sentir extraño y... no pude contenerlo.
— O sea que algo te preocupa, pero no te animas a decírselo. — Analizó, y sonrió tiernamente cuando el contrario asintió con timidez. A veces, parecía que la personalidad reservada del contrario no era más que la de un niño pequeño que no sabía expresarse por torpeza e inocencia. Fue por ello que, antes de seguir hablando, acarició su mejilla, con cuidado de no estar incomodándolo.
Por el contrario, la mirada de Wooseok se suavizó al recibir su tacto.
— Todo va a estar bien, Wooseokssi. Si necesitas tiempo, entonces tómatelo. Y, cuando estés listo, estoy segura de que tu hermano no tendrá quejas al escucharte.
— No quiero volver a ocultarle cosas.
— Entonces no lo hagas. Pero respeta tus propios tiempos y necesidades también. ¿Sí?
Por un impulso tonto, al notar los ojos aguados de su amigo, Yeji no solo acarició su mejilla como hasta el momento, sino que también se dispuso a besar allí. Un gesto rápido, chiquito, pero muy significativo para ambos. Y el shock llegó luego junto al dolor que sintieron tras hacerlo. Aunque no tuvieron tiempo para concentrarse en eso, pues tampoco era un pinchazo tan desgarrador como habían sufrido con anterioridad al estar juntos. Esta vez, fue solo una sensación momentánea, así como los labios de Yeji contra la piel de Jeon.
— Lo siento. — Se alejó de él.
Wooseok se paró al igual que ella después, alcanzándola con su agarre para detenerla antes de que saliera de la habitación tan incómoda como notaba que estaba. Lo único que se le ocurrió hacer fue abrazarla. Tiró del cuerpo de la muchacha y logró posicionarla lo suficientemente cerca como para envolverla con ambos brazos después. La chica terminó apoyando la cabeza en su pecho, alivianando un poco el tirón que sentía en él mientras lo hacía, y le devolvió el gesto un rato después, al notar que no iba a ser un simple abrazo más, sino uno cargado de sentimientos. No supo bien cuales, pero sí estaba segura de que ella también tenía mucho para dar. Así que, antes de que Jeon terminara con lo que había empezado, decidió hablar.
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byeol (별); pjm + jjk
RomanceEn un mundo en el que las almas gemelas nacen con una marca distintiva en alguna parte de su cuerpo, que las ayuda a unirse, Jeongguk, un joven coreano que comienza su primer año de universidad, ha vivido gran parte de sus años engañado, pensando qu...