— ¿No vienes, Woo? Prometemos que no pasará lo mismo de la otra vez. — Insistió Hongseok por milésima vez en todo el rato que habían pasado juntos estudiando al aire libre. Estaban intentando convencerlo de asistir a una fiesta que daría una fraternidad a quince minutos del campus, con excusa de "festejar el comienzo del nuevo mes". Como si abril fuese demasiado relevante en sus vidas. Lo único que significaba la llegada de un nuevo mes para Jeon, era que ya faltaba menos para los primeros exámenes. ¿Ir a una fiesta? No estaba, claramente, en su itinerario de propósitos fundamentales a cumplir. Su primera experiencia no había sido en absoluto alentadora como para darle motivación a hacerlo otra vez. Sus amigos solo repetían que no volverían a dejarlo solo, pero no le parecía del todo creíble. Y, en parte, no era por ellos que no tenía ánimos de asistir, si no que simplemente con una vez ya había comprobado que ese ambiente no era para él. Tal vez en otro momento muy lejano podría disfrutar de ese tipo de eventos, pero por el momento estaba convencido de que era en vano exponerse.
En la noche, cuando todo el mundo parecía haber dejado el edificio para irse a disfrutar del baile y la multitud, Wooseok decidió que su mejor plan sería comer algo en la cafetería y luego recorrer la facultad. Si bien ya conocía bastante bien cada punto en el campus, encontraba placer en pasear por allí cuando el sol ya no estaba. Tomó asiento cerca de unos bancos que había por la zona de la entrada al edificio de juicios. Prefirió disfrutar del césped en lugar de ir hacia lo más cómodo. Miró el cielo con cierta nostalgia, descubriendo de repente que algo andaba mal en él, pues sintió ganas de llorar con solo un rato de clavar su vista en la maravillosa noche que lo acompañaba. ¿Por qué? Difícil de responder. Simplemente lo conmovía ver el cielo, de alguna manera, y se estaba comenzando a sentir solo. Aunque estaba más que familiarizado con ello, a veces no se le daba tan bien manejarlo como otras. Así que, tras un poco de llanto y pensamientos algo deprimentes, se paró para dirigirse a su habitación. Su plan dio un giro de 360º cuando se le cruzó por la cabeza la loca idea de aparecer en la fiesta que tenía a todos ocupados. Había peleado con sus amigos durante toda la semana y hasta horas antes de eso, ¿cómo es que de la nada estaba considerando hacerles caso? ¿Siquiera le atraía la idea? Pues por alguna razón, ahora sí. Quiso cuestionarse a sí mismo el porqué, pero al no encontrar razón aparente, ignoró esa parte y siguió con su nuevo impulso. Se vistió con sus mejores prendas (o al menos las que más acordes le parecieron), se peinó lo más decente posible, y antes de pedir su taxi, llamó por teléfono a Changgu para informarle que estaba a punto de ir hacia allá. La sorpresa y felicidad tanto de él como del resto del grupo fue tan genuina y revoltosa que hizo sonreír a Jeon detrás de la línea. El joven se dirigió hasta el lugar correspondiente con cierto nerviosismo y ansiedad, esperando encontrar pronto a sus amigos, quienes en la llamada previa le habían indicado más o menos en qué punto de la fiesta se encontraban.
Entrar allí en soledad fue como abrirse paso al infierno para el joven, quien odiaba las multitudes y, sobre todo, no tener compañía en ellas. Recorrió la casa en busca de un cuadro que sus amigos le dijeron que estaba por la zona donde ellos estaban sentados tomando algo, pero tardó más de lo deseado en hallarlo, suspirando con algo de frustración cuando por fin estuvo rodeado de su grupo. Jeon solo se sentó e intentó integrarse a la charla mientras observaba de a ratos a su alrededor: gente y más gente, todos bailando, incluso algunos dándose besos por aquí y por allá. Pero lo que captó su atención fue una chica de cabellos rojos, idénticos a los de Hwang Yeji, que bailaba de espaldas a él con una hermosa falda rosada y un top blanco que resaltaba demasiado debajo de las luces de colores que adornaban el lugar. No podía confirmar que fuese ella, pero quería hacerlo, y sin querer su mirada quedó clavada en dicha persona con la esperanza de que volteara pronto.
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byeol (별); pjm + jjk
RomanceEn un mundo en el que las almas gemelas nacen con una marca distintiva en alguna parte de su cuerpo, que las ayuda a unirse, Jeongguk, un joven coreano que comienza su primer año de universidad, ha vivido gran parte de sus años engañado, pensando qu...