Fue difícil convencer a Brent para que me dejara ir al territorio vampírico sin que me acompañara porque debía hablar con Sasha a solas, pero lo logré.
Esperaba que después de todo lo que había sucedido tuviera prohibida la entrada pero no fue así, nadie se acercó para impedir que pasara o para atacarme.
Corríamos lo más rápido que podíamos hacia su castillo, ese que se alzaba sobre una elevación de tierra y que se encontraba un poco distante del pueblo. Su territorio era un lugar enorme y estaba repleto de vampiros a pesar de que ellos no podían reproducirse con cualquiera.
— No puedo creer lo que veo...— Lo escuché hablar desde algún lugar de su tenuemente iluminado castillo. — La lobita traidora.
— ¿Podemos ir a otra parte? Tenemos que hablar de un tema delicado. — Sasha no dijo nada pero lo vi salir de entre la oscuridad y seguí sus pasos hacia la sala de tronos.
— Primero ve a la habitación, ahí tienes ropa. — Azula se detuvo abruptamente. — ¿Qué? — Dijo mientras nos observaba de reojo. — ¿Quieres tener una reunión estando desnuda?
Ella se dio la vuelta y subió las escaleras. Una vez dentro del que fue mi dormitorio tomé el primero vestido que vi y me lo puse. Ya estando vestida bajé las escaleras y volvimos a retomar el camino, solo que esa vez sin interrupciones. Esperé pacientemente a que se sentara en su asiento y solo entonces abrí la boca.
— He venido para dar explicaciones. — Murmuré, sintiéndome intimidada por su mirada.
— Te escucho, muero por saber qué es lo que tiene el pulgoso que yo no. — Escupió.
Ya no era el vampiro amable, era hostil y cortante.
— Su celo llegó, no era algo que debía suceder. — Comencé a decirle lo sucedido. — No sé qué fue lo que hizo con las cadenas que lo mantenían preso en su habitación pero llegó al primero piso y... Y el resto ya lo sabes.
— Lo sé perfectamente, quemó como... No tengo nada para compararlo porque jamás había sentido algo parecido. — Masculló entre dientes.
— Perdóname, soy consciente de que tendría que rechazar a alguno de los dos pero no quería que fuera así porque no tenía una respuesta. — Me puse de rodillas, algo que tensó su cuerpo. — No te mient...
— Sé que no mientes, Eira, lo sé perfectamente y eso es lo que más me molesta, que no puedo agarrarte del cuello y quebrarlo. — Apreté los labios. — Puedo leer tus pensamientos, es imposible que me ocultarme algo porque he vivido más años de los que crees. — Dijo con malestar. — Sé que no es tu culpa pero duele, duele como...
— Sé cómo duele, Sasha. — Susurré por lo bajo. — Yo solo quería explicarte y pedirte disculpas. Si quieres gritarme lo entenderé, incluso si deseas atacarme no me defenderé.
— No seas ridícula, no voy a hacerte daño solo porque el perro olió tu aroma y no respetó tus decisiones. — Sasha se puso de pie y caminó hacia mí con la elegancia que lo caracterizaba. — Solo espero que él sepa cuidarte porque yo iba a hacer todo por ti, así que estaré atento de que él lo haga. Me voy a encargar personalmente de que sea un perro obediente.
— ¿Estamos bien? — Asintió levemente. — Espero que encuentres a una reina digna para ti. — Rodeé sus costillas con mis brazos.
— También lo espero. — Me correspondió el abrazo, besó mi cabello y me liberó.
Sentía que era una loba horrible pero no había nada más que hacer. Fui personalmente a verlo y a hablar con él, para aclararlo todo y no terminar en malos términos porque a pesar de todo le había tomado mucho cariño a ese vampiro.

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The Moon© ML #1
Loup-garou💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe su copia o adaptación.💫 •Primer libro de la bilogía ML.• Por culpa de sus celos descontrolados y una mala decisión, Brent perdió a su mate, a su amada Luna. Pidió noche y día, le...