— Gris... — Eira abrió un poco la puerta y asomó la cabeza por la abertura.
— Hola Rojo, pasa. — Dio un paso al frente y cerró la puerta detrás de sí. — ¿Qué ocurre?
— ¿Podemos salir? — Preguntó con timidez.
Oh, esa vocecita...
Me levanté de la silla y caminé hacia donde se encontraba de pie.
— ¿A dónde quieres ir? — Me arrodillé frente a ella para que no se sintiera intimidada.
— Quiero jugar con otros niños. — Cerré los ojos por unos instantes.
Niños... Que jugara con otras niñas no era un problema, pero cuando hablaba de niños incluía a los varones y eso era un rotundo no.
— Rojo...— Negué levemente.
No quería que tuviera amigos varones porque luego me saldría con un amor infantil y yo terminaría haciendo algo de lo que posiblemente me arrepentiría después.
— Por favor. — Murmuró mientras hacía un puchero.
— Solo si me prometes que solo jugarás con las niñas. — Asintió rápidamente.
— Sí. — Suspiré antes de hablar.
— De acuerdo, está bien. Yo no puedo ir contigo pero Julia te llevará. — Volvió a asentir. — Si sucede algo, dímelo.
— Mjm. — Emitió.
Estaba ansiosa por irse corriendo a conocer niñas de su edad, se le notaba.
— Ve, corre. — La vi sonreír antes de abrir la puerta bruscamente y salir corriendo.
— ¡Mami Julia! — La escuché gritar y no pude evitar sorprenderme.
La llamaba mamá...
Julia debió haberse sorprendido cuando la escuchó llamarla así, pero yo mismo había sido testigo de la forma en la que ella trataba y cuidaba a Eira, como si la pequeña rubia fuera su hija.
— Si llego a enterarme de que se le acercó un niño, averiguaré quién fue y le sacaré los dientes uno por uno. — Murmuré para mí mismo antes de erguirme.
Jackson no se había equivocado las veces que me dijo que Eira me manejaba. Ella solo tenía que pedir algo y yo ya me encontraba moviendo mar, cielo y tierra para que lo tuviera.
Volví a sentarme en mi asiento para centrarme en los papeles que tenía sobre el escritorio y no alejé la mirada de ellos hasta que fue necesario encender la luz para poder ver lo que había estado revisando. Era tarde, pasaban de las seis y Eira todavía no había entrado a mi oficina para contarme lo que había hecho en el día.
Ella siempre entraba y parloteaba hasta que era la hora de la cena pero ese día no estaba allí. Comencé a inquietarme a medida que observaba el reloj y veía los minutos pasar.
¿Acaso pensaba quedarse con esos niños?
Decidí esperar un poco más pero al ver que no llegaba me puse de pie y salí de mi oficina. Me disponía a buscar mis llaves para ir a buscarlas, pero me detuve a mitad del camino porque algo llamó mi atención.
— Julia. — Ella se giró hacia mí e hizo una reverencia. — ¿Dónde está mi luna?
— ¿Luna? — Su rostro palideció abruptamente.
— ¿Dónde está mi luna? — Volví a preguntar, tratando de contenerme.
— Ella... Luna se había adelantado para ir a verlo, Alfa. — Susurró. — Creí que se encontraba con usted.
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The Moon© ML #1
Wilkołaki💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe su copia o adaptación.💫 •Primer libro de la bilogía ML.• Por culpa de sus celos descontrolados y una mala decisión, Brent perdió a su mate, a su amada Luna. Pidió noche y día, le...