Dormir hasta tarde se ha convertido en un recuerdo, porque ahora solo puedo esperar a que salga el sol para estar lista y preparada con un gran vestido, maquillaje perfecto y cabello impecable.
— Hace tiempo que no las veía, ¿Cómo están?
— Ha estado todo muy tranquilo — tomo la pequeña taza de porcelana y la llevo hasta mis labios.
Gabrielle, Luisa y yo nos encontramos tomando el té en la sala del Petit Trianon.
— Bueno, no ha sido tan tranquilo si el día que llegué las encontré en el suelo llorando — agitó su abanico, tratando de no sonar tan directa, pero su tono sarcástico y burlesco siempre es así cuando tiene confianza.
— Bueno.. respecto a eso.. No es lo que crees — Gabrielle trata de responder por mí pero tartamudea un poco
— Chicas, ¿Qué sucede?, ¿me voy un mes y ya no quieren contar conmigo? — bajó la cabeza e hizo una mueca exagerada de tristeza.
— Está bien, te diré la verdad — reí un poco al ver su gesto pero mi expresión cambió totalmente para responder con sinceridad su pregunta — Simplemente no me encontraba bien, pensar en todo el caos que ha pasado me ha agobiado.
Nos quedamos en silencio, Gabrielle no quería decir nada mientras Luisa tenía un semblante de culpabilidad ante la insistencia y los comentarios que había hecho.
— Perdóname, no quería hacerte sentir mal, sé que no te has sentido bien y además tus hijos aún no regresan de su pequeño viaje, debe ser muy difícil para ti..
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Mis hijos, un tema del que no quería pensar ni recordar pero no tengo más remedio.
Realmente no sé qué pensar del tema, actualmente tengo dos hijos, una niña preciosa de 10 años llamada María Teresa, justo el mismo nombre de mi madre, y un pequeño niño de 4 años llamado Luis Carlos.
Mi mente quiere reprimir aquel recuerdo amargo de los dos angelitos que tengo en el cielo, pues en total he tenido 4 hijos.
Cuando retomo los recuerdos de la vida de mi pequeña María Sofia me duele profundamente lo que le sucedió, pues era la bebe más hermosa que jamás había visto en mi vida y ni siquiera pude verla caminar, simplemente un día sus pequeños pulmones no resistieron más la enfermedad que la llevaba padeciendo tantos meses y, como si la muerte se burlara de mi, me la arrebató unos días antes de cumplir su primer año de vida, dejándome destrozada, haciéndome sentir culpable de no haber podido hacer más por ella, dejando un hueco en mi corazón que aún a día de hoy sigo tratando de sobrellevar.
Quizás suena algo extraño, pero los hijos varones pertenecen al reino, mientras que las hijas pertenecen a la madre, y eso era lo que hacía que fuera feliz, tener a mis dos hijas mientras los niños estaban al cuidado de la corte y del rey.
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Último acto: Vals #5
FanfictionEn ocasiones la historia no suele tener un final, al contrario, el fin puede significar un inminente comienzo. Leire, una chica que constantemente tiene sueños extraños descubre que los hilos del destino que tejió en el pasado pueden tener atado su...