"Desde esa noche, nos separan muchas noches. ¿Mentir? Solo me digo a mi mismo que debo esperar y ser paciente. Son más de tres en la mesa ahora"
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—Pajarito, lo mejor es que comience a secar esas lágrimas y retomar la compostura. El rey no demora en llegar.
Nos separamos del abrazo que compartimos y acomodamos nuestros correspondientes vestidos.
—¿Cómo lo sabes?
—No puedo decir que lo sé todo, pero los pasos de un monarca son reconocibles a miles de kilómetros. —me dedica una reverencia. —Debo irme. Nos veremos pronto.
—¡Hasta pronto, d'Eon!
—Ah, una última cosa. —me arrebata la nota de Lafayette junto a la caja, arrojando ambas cosas al fuego de la chimenea. —Nada debe quedar.
—¡¿Pero qué haces?! —corro al fuego pero me detiene del brazo. —No puedes quemar la carta, es muy bonita y es la primera que me hace él.
—Debe acostumbrarse a quemar todo lo posible para no dejar evidencia. Ya suficiente son esos zapatos... —no me toma con fuerza pero sí con firmeza. —No olvide que esto no es un romance común y que no puede pretender vivir un amorío con un caballero aparte de su esposo. Con el conde de Fersen jamás fue tan imprudente como si lo es ahora con el marqués. Contrólese.
—Pero...—suspiro con fuerza, porque sé que tiene razón. —Está bien, estoy siendo inmadura.
—Yo no estoy ni a favor ni en contra de la clase de relación que tiene con el gran águila, pero exponerse de forma arbitraria por un hombre no es sensato.
—Sé que tienes razón, lo sé, pero no puedo impedir sentir en mi corazón que no quiero vivir una vida así, enamorada y...
—¿Y engañando a todos a su alrededor? —me suelta del brazo, camina hasta quedar frente a mí y toma mi rostro para que lo mire a los ojos. —Soy leal a usted porque se ha casado con mi señor, sin embargo, no mentiré y diré que hago todo esto solo por una orden. —ríe y me desconcierta, porque su cara es tranquila y seria por momentos. —Es innegable que usted es alguien especial porque hace que todo sea más divertido y por ello estaré a su lado decida lo que decida, siempre y cuando respete la vida de su Majestad y no cruce los límites. Somos amigos, pero si quebranta alguna de las cosas que le menciono, lamento decir que me veré obligado a actuar por voluntad propia y no bajo sus órdenes. ¿Entiende eso, mi preciado pajarito de Versalles?
La cara de d'Eon es seria, muy seria, al igual que sus palabras, postura y la luz que refleja las chispas de fuego de la chimenea.
—Sé que nadie le habla de esta manera y le ruego que no crea que estoy faltando a mi respeto y juramento al monarca de este país. —los suaves dedos se deslizan por mis mejillas y suelta mi rostro. —Pero quiero dejarle claro que esos límites a los que me refiero son a actuar sin tener en cuenta las acciones de otros y sin mi supervisión, porque ya debe saber que el ministro del interior sospecha de usted y del gran águila, además de sus amigos nuevos. ¿Comprende? Así que le aconsejo que tenga cuidado y siga mis consejos si quiere sobrevivir a esto.
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Último acto: Vals #5
FanfictionEn ocasiones la historia no suele tener un final, al contrario, el fin puede significar un inminente comienzo. Leire, una chica que constantemente tiene sueños extraños descubre que los hilos del destino que tejió en el pasado pueden tener atado su...