Capítulo 24: Miro alrededor y solo encuentro locura

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— Mi reina, el banquete de hoy ha sido todo un éxito, todos se han divertido y relajado.

— Así es, su Majestad, hasta nosotros hemos podido disfrutar del ambiente ameno y tranquilo del salón.

Luis y yo caminamos entre los largos pasillos del palacio, siendo alrededor de medianoche, pues aún cuando el banquete duraría unas horas más, tanto él como yo estábamos bastante cansados, el día había sido muy atareado y el banquete nos había dejado agotados.

Mi mente no está del todo tranquila, pues después de haber bailado con Fersen y de tener esa profunda conversación, tengo muchas preguntas, tengo muchas dudas.

Estamos muy cerca el uno del otro, el rey y yo estamos tomados del brazo, caminando lentamente, pues el alcohol que ya estaba en nuestras venas y nos mareaba un poco ocasiona que ambos nos acerquemos cada vez más, avanzando con precaución en dirección a nuestra habitación.

— No vi a ninguna de tus damas de compañía en el banquete, ¿Todo está bien?

El palacio estaba en silencio, pues toda la atención y servidumbre se encontraban ocupados en el salón.

— Si, todo está bien, Gabrielle estaba un poco indispuesta y Luisa ha tenido que viajar.

No estoy mintiendo, pero recordar a Luisa y la situación de Gabrielle hace que me recorra un escalofrío por la espalda.

— Entiendo — hace una larga pausa, como si estuviera pensando qué debía decir a continuación. — Fue extraño no ver a la princesa de Lamballe en el banquete, ya que había solicitado hablar conmigo de forma insistente, pero no fue posible debido a unos temas que tuve que solucionar en el día, creí que tendría que ver contigo María, me preocupé un poco.

— ¿Luisa quería hablar contigo? — si antes estaba asustada, ahora sí que sentía un ligero mareo y remordimiento que me recorría todo el cuerpo.

El rey se detuvo, dejó de mirar hacia adelante y me volteó a ver la cara directamente, dándome un rostro impasible aunque con las mejillas ligeramente rosadas por el alcohol.

Yo no sabía que hacer o decir, es más, no tenía idea de que cara tenía en ese momento, pues no sé qué pensar, su repentino silencio y postura me pone nerviosa.

— Sé que las cosas no se solucionan, ni en una noche, ni con una simple disculpa — me soltó del brazo para tomarme las manos, haciéndome sentir extraña, pues la calidez que me transmitía era muy diferente a lo que sentía con Fersen. — Pero, ¿hay algo que te preocupe? ¿sucede algo en tu vida María?

— No es lo que piensas Augusto.. — no sé porque lloro, no tengo idea, pero simplemente ante su preocupación mis lágrimas ruedan por las mejillas y me es imposible contestar a su pregunta.

La madrugada era fría, pues en esta época del año el viento soplaba cada vez más, el otoño llegaba y con la caída de las hojas, los cálidos días de verano se iban, pero, en el momento en que sentí como sus manos me tomaban de los hombros, me acercaban más a su pecho y deposita un beso en mi frente, me quebré totalmente, haciéndome sentir como si un fuego quemara mi pecho, como si todo en ese momento brillara más que la misma luna en el cielo.

Último acto: Vals #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora