Capítulo 1: Desde esta noche, desde esa noche

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Cuando me despierto en las mañanas, siempre pienso en como debo seguir el día, quedándome dormida 10 minutos antes de siquiera ser consciente de que la noche ha llegado a su fin y el deber llama, lo que me hace correr a mi trabajo.

También suelo imaginar e imitar mientras cepillo mi cabello las llamadas que debo contestar, los clientes a los que debo atender, los chistes de mi compañera que debo corresponder, la comida caliente y a tiempo que mi madre espera que coma a la hora del almuerzo, las palabras de ánimo de mi compañero de trabajo al salir en las tardes de la jornada, en fin, tantas cosas que hacen parte de mi día a día y que sigo con cierta resignación si lo pienso detenidamente.

Mi vida no es mala, al contrario, es bastante buena, soy muy joven todavía, apenas y tengo 20 años pero siento que quiero dormir lo equivalente a 30 años todos los días.

En ocasiones me gusta mirar a la ventana y reflexionar filosóficamente sobre lo que piensa la sociedad, divagando en las muchas contradicciones que pasan por la cabeza de todos al querer definir "la libertad"; pero la realidad es que al final siento que solo soy una tonta tratando de entender problemas ajenos que puede que jamás llegue a comprender, no porque no me afecten como individuo, sino al contrario, porque sus causas para mi aún son muy desconocidas, ocasionando que al final solo sea otro pez en el agua que se deja llevar por la corriente del océano.


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— ¿Escuchaste sobre el tema de esta semana?

Mi simpática compañera de trabajo siempre habla mucho, pero no crean que es una de esas personas extrovertidas, amables y con una sonrisa en la cara, no, al contrario, ella siempre es seria, regia y exigente consigo misma y con todos los que la rodean.

Su nombre es Tania Marín, tiene 25 años, es alta, delgada, tiene el cabello largo y rosa y, hasta hace poco cumplió "su sueño de graduarse de la universidad", aunque no la puedo culpar, yo también me volvería loca si tuviera que estudiar una carrera que involucra demasiado análisis financiero, aunque resulta irónico ver en qué área resultamos trabajando las dos.

— No, para nada, ¿esta vez que ha pasado en el mundo? 

— Voltea disimuladamente a mi pantalla y verás a lo que me refiero

Tania me muestra con tono serio en su computador una imagen publicitaria de una tienda de cosméticos famosa en la ciudad, aunque lo que destacaba era su gran descuento y promociones especiales por el día de la mujer.

— Ah, te referías a eso, la verdad no tenía idea que había tan buenos descuentos esta semana 

—Si, unos precios muy buenos y, ya que hoy pagan, compraré algunas cosas

Último acto: Vals #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora