Capítulo 36: Sospechas, cartas y tinta

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*Tiene muchos saltos de perspectiva este capítulo, estar atento es toda una habilidad para no perderse ☺

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*Tiene muchos saltos de perspectiva este capítulo, estar atento es toda una habilidad para no perderse ☺


Dolor no siento, es más, no siento nada.

— ¿He muerto?

— No, no has muerto.

— ¿Por qué no siento nada? ¿Dónde estoy?

— Estás aquí conmigo, estás durmiendo mientras te recuperas.

— ¿Isabel? ¿Eres tú?

— Si.

— ¿Recuperarme de qué? ¿Algo me ha sucedido?

— Estás muy intranquila María, ¿Hay algo que te preocupe?

— ¿Preocuparme?

— ¡Silencio, es hora de que despiertes! Solo te aconsejo que seas sensata y te alejes de esa persona amable que conoces.

— No sé a quién te refieres.


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— Auch.

Aprieto los ojos al sentir un dolor punzante proveniente de mi abdomen.

— ¿Has despertado ya? Eres una mujer fuerte para recuperar la conciencia tan pronto.

Me pesan los ojos y siento el cuerpo terriblemente pesado.

— No entiendo nada — miro a mi alrededor, intentando comprender si estoy despierta o dormida, debido a que el cuarto en el que estoy está finamente decorado, pero no recuerdo haberlo visto antes. — ¿Dónde estoy?

Levanto mis manos, haciendo que mi vista se enfoque, ocasionando que vea claramente como un hombre está cerca de mí, pasando sus manos sobre mi estómago con una venda, haciendo que los recuerdos de lo que pasó regresen a mi cabeza y me produzcan pánico.

— Aléjese de mí, por favor... — me sujeto de las sábanas, me siento de golpe y pateo cualquier cosa que estuviera sobre esa cama extraña, tratando de entender dónde estoy, haciendo que de mi estómago nazca una sensación agria que recorre mi esófago y termina con ganas de vomitar. — ¡Ayúdenme!

— Está a salvo señorita, por favor, cálmese. — el hombre con tranquilidad levanta sus manos y me muestra los ungüentos que tiene, queriendo transmitir que no me haría daño. — Solo le estaba aplicando esta mezcla que le aliviará el dolor.

La cabeza me dolía y los brazos me ardían, además de que todo me daba vueltas y lo último que recordaba era lo que había sucedido con el hombre de barba.

Último acto: Vals #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora