— ¿Estás loco? iremos a prisión...
— No me estás ayudando mucho Yvan, por favor guarda silencio e intentemos llevarla suavemente.
Jerome sujeta las riendas de un carruaje, controlando los caballos, haciendo el esfuerzo por ser sutil y auto dominarse al mismo tiempo, pues los nervios se acumulan en su estómago y lo hacen temblar mientras avanza.
— Suavemente, si, por supuesto — Yvan cruza los brazos, indignado. — Me siento un prófugo con esta mujer delante mío.
— Solo robamos un carruaje. — una risa contagiosa sale de sus labios, pero no por calma, sino todo lo contrario. — No es para tanto.
— ¿Te parece poco? — suspira y sacude la cabeza mientras una mirada cómplice aparece en su cara — Quien sabe a quién le pertenece este carruaje.
— Creo que es del marqués de Lafayette, pero nunca lo usa, no lo notará.
— Ah, del marqués de Lafayette — sonríe para sus adentros. — Espera, ¡¿Cómo que del marqués de Lafayette?! Ahora que me llevo bien con él, además de que me pagó muy bien por ayudar a esta mujer, ¿me haces esto? — mira confundido, sin parpadear. — No solo nos hemos llevado a su chica, si no que nos van a arrestar por robar un carruaje del palacio de Versalles...
— ¡Ni se te ocurra repetir que ella es de alguien! — su mandíbula se tensa. — Aunque lo justo es que te diga la verdad. — mira atrás, sosteniendo las riendas del caballo con firmeza. — No es cualquier mujer, ella es la reina María Antonieta, así que es como un triple delito lo que estamos haciendo. — su sonrisa juguetona hace poner nervioso a Yvan, quien al principio cree que está bromeando.
— ¿La reina? Es imposible, ella debe estar... — piensa por unos segundos mientras por su mente se cruza todo lo que no le convencía de dicha joven. — No puede ser, ¿Es realmente la reina? — Yvan comienza a temblar, abre los ojos de par en par, pensando en todo lo que ha sucedido, en cómo ha hablado, reaccionando rápidamente e inclinándose para acomodar mejor a María, cubriéndola con su abrigo y revisando su respiración. — No entiendo nada, esto es una locura.
— Siento haber esperado tanto para decirte la verdad... — Jerome mira al frente, pero una cara de arrepentimiento decora su rostro.
— ¿Te das cuenta de lo que estamos haciendo? Vamos a terminar en el calabozo...ya hasta siento que me lo merezco. — murmura por un buen rato para si mismo, pensando en como ha llegado a este punto.
— Pobre María, después de tanto esfuerzo se desmayó y ahora la tengo aquí, en un carruaje rumbo al Petit Trianon con la intención de ayudarla. — los susurros de Jerome apenas y eran audibles, pues se mezclaban con el aire frío, haciéndolo temblar, pero no era solo por la temperatura, sino también por las locuras que la reina lo incitaba a hacer. — No puedo culparla, sé que su vida no es fácil, pero no debió arriesgarse así y mucho menos terminar en el cuarto de ese marqués...
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Último acto: Vals #5
FanfictionEn ocasiones la historia no suele tener un final, al contrario, el fin puede significar un inminente comienzo. Leire, una chica que constantemente tiene sueños extraños descubre que los hilos del destino que tejió en el pasado pueden tener atado su...