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Esta pareja es un amor.

Si alguien le hubiese dicho que terminaría dándole una oportunidad a Gucci, de seguro le hubiera golpeado en la cabeza. Sin embargo, sus sentimientos habían cambiado de forma repentina. No terminaba de entender por qué, pero no le importaba. A veces, es mejor aferrarse a los misterios de la vida y dejar que todo fluya.

—¿Por qué me invitaste? —preguntó mientras bebía del vino que le sirvieron para empezar.

—¿Acaso no puedo? —Alzó una ceja. —Que yo sepa, si alguien tan único como tú aparece, uno no puede simplemente no actuar. —Sonrió.

Él tampoco lograba comprender por qué había tomado tal riesgo. Bueno, conocía a Little Prince por Kitty —por el trabajo— y no tenían mucho en común. De hecho, tan solo compartían su pasión por el buen gusto, los trajes caros y el vino blanco. Además, ambos se encontraban en situaciones complicadas con sus parejas destinadas: RB estaba muerto y Brittany los había traicionado. No había forma de que lo suyo funcionara. ¿Por qué tan siquiera intentarlo?

—Es más fácil de lo que parece encontrar a gente única.

—Pero no todos son tan bonitos como tú.

Prince no pudo evitar sentir un golpecito en el pecho y unos aleteos en su estómago. Hace mucho que no se sentía así. Incluso se sonrojó, dejando que su frío aroma se esparciera.

—Helado de mocca y pisco... —susurró el Alfa antes de darle un sorbo a su copa— un olor muy curioso considerando que eres un oso polar. Me gusta.

—¿Te gusta? —Mordió su labio inferior. —Hace mucho que nadie me lo dice.

—Tal vez lo piensan, pero no tienen el valor de hablar.

—¿Por qué? ¿Te parezco intimidante?

—Lo suficiente. —Sonrió.

—¿A qué te refieres?

—Es parte de tu atractivo —dijo mientras los meseros servían el plato principal—. Con tu mirada logras someter hasta a los Alfas más feroces. Incluso yo me pondría de rodillas ante ti.

De repente, una tímida e inusual risita escapó de la boca del Omega. Esta era tan bella que hasta los meseros se sintieron cautivados.

—¿Es esa una propuesta indecente? —preguntó luego de recuperar la compostura.

—Quizás…

Ambos sonrieron sin dejar de verse el uno al otro. Creían que el universo les daba una segunda oportunidad. No obstante, ¿qué tan real era esta? ¿O tan solo estaban tan desesperados que ya nada les importaba? Para ellos, unos asesinos y mafiosos, ¿el amor tan siquiera era una opción? ¿Todavía tenían ese privilegio?

Sus trabajos habían arruinado las vidas de tantas personas; en especial, las de los hombres que aún creían en la “justicia”. Esos tercos agentes que se entrenaban por años para tan solo tener la oportunidad de servir a su nación, esos creyentes en la Ley eran los más perjudicados.

...

—Kitty quiere lo que siempre se le fue negado. No le importa a cuántos aplasta a su paso, tan solo quiere más poder.

—Entonces —recapituló Hope—, dices que puede manipular su aroma para crear escenarios ficticios en la mente de los Alfas y Betas. Además, mientras más contacto tenga con sus víctimas, más control obtiene sobre ellos. Sin embargo, el uso excesivo de su aroma la debilita, así que lo oculta la mayor parte del tiempo. Y, no solo eso, sino que también tiene un plan para que los Omegas dirijan todas las mafias bajo sus órdenes, creando una especie de monopolio clandestino.

—Sí, ese fue un buen resumen —concluyó Brittany.

—¿Algo más que no me hayas dicho?

—La verdad, no.

—Bueno, espera aquí. —Se levantó. —Iré a la oficina para que X escuche esta grabación. Debemos tomar cartas en el asunto lo más pronto posible.

De hecho, no era solo eso. Había algo más, un asunto que debía terminar con Afrodita. Sin duda, esa Omega era muy astuta y lo había guiado a la respuesta que tanto buscaba sin siquiera confesar.

—¿Crees que Agust siga bajo los efectos de su aroma? —preguntó su pareja.

—No lo sé. —Suspiró. —Él es un Alfa con un gran sentido del deber, ¿sabes? Por eso, ha sido el favorito de los superiores desde siempre, y el mío también. —Frunció el ceño. —Sin embargo, cuando hablaba de Kitty o cuando estaba con ella, no podía reconocerlo, era como otra persona... Pero no... Al final del día, siempre tenía sus prioridades claras... Siempre fue un líder nato, metódico, prudente, fuerte... Dudo que se haya dejado engatusar hasta ahora.

—A veces, la gente comete locuras por amor.

Eso era cierto. No obstante, ¿qué tan lejos era capaz de llegar?

—¿Incluso traicionar a su nación?

—Sí. Incluso traicionar a su nación.

• CAZANDO A KITTY GARCÍA • Historia OriginalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora