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Espero que les guste esta versión de CKG. Para ser honesta, no espero nada con respecto a las vistas y los votos, pero con que un par de personas disfruten la historia es suficiente.

Gracias.

Agust era un Alfa lobo parte de un equipo llamado la Policía Secreta. Este consistía en la unión de algunos miembros destacados de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, y estaba oculto para combatir amenazas de alta peligrosidad. Hace dos años había comenzado a trabajar para ese sector y, desde entonces, su identidad dejó de existir. Todos sus registros fueron borrados, así que no quedaban datos que asegurasen su existencia.

Fue sencillo aceptar esas condiciones, ya que había perdido a su familia varios años atrás, cuando un fatal incendio lo dejó huérfano a los quince. Por suerte, el seguro de vida de sus padres le permitió acabar sus estudios y vivir bien hasta que pudo valerse por sí mismo. Sin embargo, siempre sintió un vacío en el pecho y unas intensas ansias de venganza, ya que no era secreta la razón de aquel incendio: fue un ajuste de cuentas.

Sus padres se habían endeudado con la peor persona que pudo cruzarse en sus caminos: el Alfa Jared García. Ese gangster peruano había arruinado sus vidas. No debieron fiarse de él, no debieron cometer el error de no pagarle por dos meses, fueron muy imprudentes. Era obvio que todo acabaría explotando, y así pasó. Por eso, Agust se prometió, con todas sus fuerzas, atrapar a ese maldito criminal y hacerle comer de sus propios actos salvajes e inhumanos.

—Espero no haberlo hecho esperar —le saludó X, su superior.

—No, señor. Se tomó el tiempo justo —respondió en posición firme.

—Por favor, agente Agust, siéntese. Lo que le informaré será chocante.

Obedeció y se sentó en frente del escritorio. Sus nervios se notaban, pues no era común ser llamado a esa oficina.

—Jared García fue asesinado.

No, eso no debía ser así. Agust debía matarlo, debía hacer que pagara por sus crímenes y vengar a sus padres. Sin embargo, ya no podía, alguien se le había adelantado. Un maldito le había quitado tal satisfacción.

—¿Quién lo hizo?

—Su hija, la Omega Kitty García. Ahora es la nueva líder de esa mafia.

—Kitty —murmuró, saboreando cada sílaba de aquel estúpido seudónimo.

Por supuesto que había oído hablar de ella. Todos los agentes de la Policía Secreta sabían quién era Kitty García. Era una hija de puta que asesinaba sin titubear, tenía la sangre más fría de entre todos los gangsters en el continente. Sin embargo, su personalidad no concordaba con su apariencia; era la ternura y la sensualidad fusionadas. Además, su aroma era el más dulce y atrayente que cualquier Alfa pudiese percibir: chocolate blanco y mermelada de fresas. Era como el fruto prohibido que exigía ser comido.

—Sí. Ahora, —Suspiró. —te llamé aquí porque aprovecharemos este golpe para atraparla y desmantelar toda su red de tráfico. Armas, personas, drogas, dinero: acabaremos con todo —dijo con una expresión completamente seria—. No obstante, no es tan fácil. Necesitamos a alguien que actúe desde dentro, alguien que pueda obtener la información suficiente para acabar con Kitty.

—¿Tiene un agente en mente?

—Sí —contestó su superior—, usted. Agust, acaba de ser ascendido y asignado a la misión Cazando a Kitty García.

—No lo decepcionaré —respondió con una sonrisa llena de satisfacción. Al fin cobraría su venganza.

—Sé que no lo hará.





• CAZANDO A KITTY GARCÍA • Historia OriginalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora