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Toda la información de la operación le llegó a través de un documento impreso. Él y Hope decidieron sacarle un par de fotos para enviarlo a las oficinas de la PS, pues podría ser crucial para el archivo de la mafia García.
En ese momento, estaban esperando en la puerta del bar a que llegara su jefa junto con Gucci para recibir las indicaciones finales. De cierta forma, aunque fueran agentes especializados, se sentían nerviosos. Lamentablemente, tendrían que servir a un negocio turbio, lo cual contradecía por completo sus principios.
—¡Hola, jefecito! ¡Hola, Hope! —saludó una bonita Omega morena, Brittany. Estaba usando un delicado vestido celeste y unas balerinas blancas. Llevaba el cabello recogido y el maquillaje muy ligero, una imagen muy distinta en comparación con sus horas de trabajo en el prostíbulo.
—¡Hola, Brittany! —saludaron al unísono. Luego, cada uno recibió un beso en la mejilla por parte de la chica.
—¿Qué hacen aquí tan temprano? —preguntó.
—Kitty nos llamó. Hoy tenemos que encargarnos de la info que tenía Bunny —confesó Agust con un gesto tranquilo.
Los tres lucían muy entretenidos charlando, como si fuesen amigos de toda la vida. No obstante, ninguno se había percatado de la camioneta negra que recién se había estacionado. Ahí, una maligna Omega de olor a chocolate blanco y mermelada de fresas no dejaba de expulsar feromonas de ira. Detestaba ver a su Alfa feliz con otra, le daba cólera. Inclusive, cuando Brittany abrazó a Agust para desearle suerte, su gata montés gruño, lista para arañar.
Nadie debía tocar lo que era suyo.
—¡Chicos! —saludó saliendo del carro, acompañada de Gucci, caminando como si estuviera en una pasarela. Movía sus caderas como una experta y sonreía como modelo de portada. Sin embargo, por dentro era ira pura y su sed de venganza aumentaba más y más.
—¡Jefa! —saludó Brittany con una reverencia, intentando ocultar su aroma a girasoles y agua de rosas para no incomodar a Gucci, quien siempre la miraba con asco.
—Contigo quiero hablar después —le informó la pelirrosa con una evidente mueca—. Ve a mi cubo VIP y espérame —le ordenó. Entonces, Brittany entró al local sin ser consciente de todo lo que le esperaba—. ¡Bien! Ahora... ustedes... —Cambió su gesto de golpe, mostrando una coqueta sonrisa y usando un tono de voz más dulce y atrayente. —Tendrán que viajar al Vraem. Hay un helicóptero esperando en la dirección que les envié. Luego, serán transportados de la forma más segura posible a la propiedad privada de Bunny. En ese lugar, están esperando a dos técnicos: Marcus y Tito. Ustedes tomarán esos lugares (no se preocupen, ya me encargué de ellos), así que entrarán sin problema. Luego, serán guiados a las oficinas y deberán pedir ser dejados solos (ustedes ya tendrán que inventarse algo).
—Nosotros ya nos encargaremos de las cámaras —añadió Gucci, con su característica voz firme y gruesa—. Estas no funcionarán por media hora ni bien lleguen, ese es el tiempo que tienen para extraer todo en este USB. —Mostró el pequeño dispositivo. —No se preocupen, solo tienen que ponerlo en la computadora e iniciará todo el trabajo por su cuenta.
—¡Suerte, chicos! —exclamó Kitty, lanzando un beso volado a cada uno. Luego recuperó su semblante elegante y sensual, así como su voz atrevida—. Serán bien recompensados. —Sonrió. —Me gusta felicitar a mis empleados personalmente. —Guiñó el ojo, causando escalofríos en ambos, Alfa y Beta, quienes se habían perdido en aquel personaje tan maravilloso.
—Gracias... —lograron articular. Así, algo nerviosos, subieron a la camioneta negra y dejaron que el piloto automático los llevará. Sin embargo, ignoraban completamente que habían dejado a Kitty furiosa, lista para cortarle las manos a la Omega que osó tocar a su Alfa.
—Prepara el equipo de tortura B-27 —le susurró a Gucci—. Esa estúpida perra no sabe en lo que se ha metido.
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• CAZANDO A KITTY GARCÍA • Historia Original
AcakKitty García era la jefa de la mafia más peligrosa, la Omega más deseada y temida en todo Perú. Sin embargo, la Policía Secreta ha puesto su vista sobre ella. Agust, un Alfa de la Policía Secreta, será el encargado de cazarla, pero nunca creyó que c...