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Antes de bajar de la camioneta, Hope escondió la memoria que enviaría a la PS. No podía arriesgarse a que Kitty los descubriera. Luego, ambos lobos se presentaron ante sus "jefes", quienes habían estado secreteando segundos atrás. El ambiente era tenso, se podía percibir fácilmente. Ellos sabían algo, dudaban, los tenían vigilados.
—¡Felicitaciones! —gritó Kitty con su dulce voz, dando un saltito con los brazos extendidos— Ahora, —Carraspeó recuperando la compostura. —el USB.
Agust se lo entregó, intentando evadir esa mirada felina que tanto lo obsesionaba. El roce de sus dedos fue tan peligroso, como un botón de encendido. Ambos lo sabían, el destino los había unido, aunque todavía no estaban listos para enfrentarlo.
—Entremos a tomar algo —propuso la pelirrosa.
Entonces, los cuatro ingresaron al local que ya se encontraba repleto, pues era de madrugada, la hora perfecta para juerguear. Alfas, Omegas y Betas bailaban al ritmo de la música sumidos en un trance causado por la droga, el sexo y el alcohol. Las prostitutas se exhibían meneando sus caderas y liberando sus aromas sutilmente, provocando a los clientes. Era el lugar perfecto para pasar un buen rato si no temías de lo ilegal.
Brittany apareció de repente vistiendo un polo azul oversized y un par de jeans rasgados. Al parecer era su noche libre, aunque estaba de todo menos feliz. Además, su brazo estaba envuelto con un vendaje oscuro y su rostro, lleno de curitas. Hope se preocupó, pues la Omega le agradaba mucho. La consideraba una amiga y no le gustaba la idea de que vendiese su cuerpo.
—Chicos, hola —saludó con una falsa sonrisa, y ocultando su aroma a girasoles y agua de rosas.
Saludó a todos sin perder su papel, aunque se notaba cierto temor en sus acciones. Estaba siendo muy precavida y no dejaba de mirar a Kitty por aprobación. Hope lo notó.
—Me gustaría mostrarles mi agradecimiento —coqueteó la pelirrosa, acariciando los pechos de Agust y Hope—. ¿Les gustaría pasar a mi cubo VIP?
No es que quisiera tener una aventura con ambos lobos, sino que tenía un plan. Sabía que ellos estaban emocionados y que sus animales internos agitaban sus colas con locura. Por eso, no había mejor momento que este. Sin embargo, no había considerado que el Beta escondía una memoria portátil entre sus ropas, por lo que rechazó el ofrecimiento.
—Me encantaría ir con ustedes —dijo con autocontrol, aunque deseaba probar a esa Omega—, pero me siento cansado por el viaje. Será para la próxima.
—¡Oh! —exclamó Kitty, dándole una señal a Brittany y a Gucci. Tenía algo extra planeado— Bueno, no importa. —Dirigió su mirada a Agust. —Podré divertirme a solas con mi Alfa favorito —ronroneó.
El pelinegro sintió su corazón acelerarse, sabía lo que pasaría y le encantaba la idea. Volver a acariciar esas perfectas curvas, besar esos esponjosos labios, penetrar esa cálida entrada: todo eso lo tenía absorto. No obstante, era consciente de que no debía dejarse engatusar, debía recordar cuál era su trabajo. Era un agente esencial para la Policía Secreta y debía entregar a esta criminal.
—No sabes lo mucho que ansío tomarte otra vez, preciosa. —Guiñó un ojo.
—Mmm... Alfa... —susurró Kitty, mientras tomaba su mano para correr al cubo VIP.
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• CAZANDO A KITTY GARCÍA • Historia Original
RastgeleKitty García era la jefa de la mafia más peligrosa, la Omega más deseada y temida en todo Perú. Sin embargo, la Policía Secreta ha puesto su vista sobre ella. Agust, un Alfa de la Policía Secreta, será el encargado de cazarla, pero nunca creyó que c...