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—Báñate bien —le advirtió Kitty—. Mi chófer pasará por ti en 20 minutos. Sobre tu ropa, no te preocupes, aquí te daremos algo nuevo. ¡Apúrate! —Colgó la llamada.
Rápidamente, Agust hizo todo lo que se le pidió. Debía mantenerse prudente y acatar las órdenes al pie de la letra. Debía ganarse la confianza de esa felina. Sin embargo, eso no significaba que no sintiera ninguna satisfacción al hacerlo. De hecho, su lobo agitaba su cola vigorosamente por la simple idea de complacer a su Omega.
Entonces, cuando llegó el vehículo, Agust ya estaba fuera de su departamento —sin ni un segundo de retraso—. Subió y, así, pasaron varios minutos hasta que llegó a una blanca y elegante mansión, la cual estaba rodeada por un delicado jardín. Había un gran número de guardias distribuidos a lo largo de la construcción y varias cámaras de seguridad alrededor de toda la zona. En otras palabras, era impenetrable, el perfecto escondite para la líder de la mafia más temida.
Agust fue guiado por una Beta a un amplio salón. En este, se encontraban Kitty y Gucci junto con un grupo de Betas y Omegas muy bien vestidos y maquillados. También, había varias perchas con trajes de diferentes colores y estilos, tres vestidores de madera, tres mesas de maquillaje y una amplia gama de perfumes.
—¡Oh! ¡Llegaste! —exclamó Kitty antes de saltar a sus brazos y regalarle un beso en la mejilla— ¡Ven! ¡Vendrás con nosotros a un evento importante! —Le guiñó un ojo. —¡Necesitamos que estés presente! ¡Será muy divertido! ¿Verdad, Gucci?
El mencionado solo rodó los ojos con fastidio y luego fingió una sonrisa. Era evidente que no le gustaba la presencia de este nuevo Alfa en la vida de su Kitty.
—Sí, claro, lo que digas.
—Bueno... —continuó la pelirrosa— ¡Marcello, please! —llamó a un Omega de mirada altiva— ¡Tú te encargas de él! ¡Y ustedes dos... —Señaló a otro par. —de Gucci y de mí! ¡Rápido! ¡Tenemos menos de una hora para acabar!
Los llamados y sus asistentes se pusieron manos a la obra. Escogieron los atuendos y los plancharon al vapor. Luego, Agust, Kitty y Gucci fueron a los vestidores para cambiarse. Por su parte, Agust tuvo que ser cuidadoso para poder esconder su pequeña grabadora, pues sería esencial para recopilar cualquier información comprometedora. Al fin de cuentas, seguía siendo un agente de la Policía Secreta.
Después de que acomodaran sus prendas, los tres pasaron a maquillaje y peinado. Las manos de las estilistas eran ágiles y precisas, tenían bien claras sus ideas sobre los looks que estaban armando. Para los felinos, decidieron peinados hacia atrás, dejando la frente descubierta. Por otro lado, para el lobo, optaron por algo más rebelde. Asimismo, las maquillistas mostraron la misma habilidad, no perdieron ni un segundo. Aplicaron una capa sutil de base y polvo compacto en Gucci y Agust, mientras que a Kitty le añadieron tonos rosa en los labios y párpados.
Finalmente, estuvo todo listo. El Alfa león portaba un traje turquesa oscuro con detalles azules, una camisa de cuello imperial y una capa negra aterciopelada. Todo lo combinaba con unos elegantes zapatos negros y unos aretes largos de plata. Lucía fenomenal, pero no tanto como Kitty, quien portaba un largo vestido rojo que era ceñido y desnudo en la espalda. Además, sus tacones negros la hacían lucir más alta y ese hermoso collar de plata resaltaba su cuello con sutileza. Estaba increíble.
Sin embargo, no sabían qué esperar de Agust. Ese Alfa era alto y fuerte, no elegante y refinado como ellos. De hecho, era guapo, muy guapo, pero dudaban de su porte. Estaban muy equivocados. Agust había estado en la escuela militar y la mayor parte de su vida la había pasado de uniforme, así que sabía cómo lucir uno. Por eso, el conjunto all black que las estilistas le dieron le quedaba a la perfección.
—Jefa Kitty —interrumpió la misma Beta que había guiado a Agust a ese salón—, los altos mandos llegaron.
—Bien. Reúnanlos a todos en el jardín junto a los vehículos.
—Enseguida. —Se retiró.
—Bien, chicos —dijo Kitty—. Tenemos que ir de una vez.
Los tres salieron para encontrarse con otros cinco Alfas, quienes vestían trajes de gala y eran de pura confianza para la pelirrosa. Ella sonrió y le dio un beso en la mejilla a cada uno, ignorando la fulminante mirada de Agust, quien sentía a su lobo gruñir de celos.
—¡Un gusto verlos a todos! —exclamó la única Omega mientras Agust aprovechaba para encender su grabadora— Hoy es una noche importante. Iremos al evento que marcará un cambio en nuestra organización. ¡Estén atentos y manténgase prudentes! Todo lo que pase ahí, se queda ahí, excepto los acuerdos de negocios, claro está. —Sonrió en grande, aunque su mirada se oscureció. —No me fallen.
En ese instante, todos aplaudieron y prosiguieron a cumplir órdenes. Entonces, luego de varios minutos de viaje, llegaron a un edificio lujoso que tenía las letras "R&L" escritas en lo más alto. Ese era el hotel de RB, donde escondía muchos secretos —la fachada perfecta—.
Los altos mandos salieron sin titubear e ingresaron al hotel. De la misma forma, Gucci, Agust y Kitty lo hicieron. Caminaron sobre una alfombra acolchada, pasaron por el lobby y subieron al ascensor que los llevaría al evento.
Todo se sentía tenso. Agust sabía que Kitty planeaba algo, lo podía sentir. Ese dulce aroma a chocolate blanco y mermelada de fresas no estaba tan oculto como en otras ocasiones, al parecer, buscaba embriagar a alguien. Tal vez, ese era su plan: tener a todos bajo su control. Sin embargo, eso era demasiado arriesgado si se consideraba la cantidad de personas presentes. Debía haber otro motivo, pero ¿cuál?
De cualquier forma, pronto lo sabría, pues las puertas del ascensor se abrieron para revelar una preciosa sala de recepciones. La decoración era algo minimalista y de tonos perla. Había varios mozos con trajes de pingüino caminando de una lado a otro con bandejas doradas. Además, todos los invitados parecían sacados de una revista de moda. No dejaban de presumir sus joyas y atuendos costosos —cosas de millonarios—.
—¡¡¡Kitty!!! —exclamó una emocionada voz femenina.
—¡¡¡Queen!!! —contestó Kitty, dispuesta a saludar a la recién llegada. Era una Omega que olía a vainilla y ron—. No me llamaste esta tarde como prometiste —se quejó con un puchero.
—Lo siento, estaba ocupada atendiendo asuntos que Jennie dejó inconclusos. La mafia BP sigue en reestructuración.
De repente, a Agust se le heló la sangre. Esa misteriosa mujer era la nueva líder de BP, pero ¿por qué era tan amistosa con Kitty? ¿Acaso no sabía que ella eliminó a la antigua líder? Bueno, según la información de la PS, ambas mafias estaban planeando acuerdos. Sin embargo, Queen parecía muy inteligente; se notaba en su mirada profunda, sus gestos milimétricos y su manera de hablar. Era increíble que se dejara engañar por Kitty, casi imposible.
¿Qué estaban planeando?
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• CAZANDO A KITTY GARCÍA • Historia Original
De TodoKitty García era la jefa de la mafia más peligrosa, la Omega más deseada y temida en todo Perú. Sin embargo, la Policía Secreta ha puesto su vista sobre ella. Agust, un Alfa de la Policía Secreta, será el encargado de cazarla, pero nunca creyó que c...