Capítulo 18. (+18)

14.2K 1.1K 478
                                    

ALAN THOMPSON

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ALAN THOMPSON.

(***)

Haciendo nuevos recuerdos.

—¿Me lo puedes contar otra vez?

Nina había salido de casa a hacer un trabajo con unos compañeros de clase. Los últimos días nos habíamos mantenido más tranquilos con la situación de los presos fugados. Todos tres pasamos por la segunda semana de exámenes del semestre y casi no tuvimos tiempo ni de vernos. Cada uno buscaba su rincón solitario para estudiar en paz. Gracias a Dios, Camila me pidió que estudiáramos juntos y acepté, pues quería dejarle la habitación libre a Dylan para que se concentrara al cien.

La policía vino a casa y, tal como se lo había dicho a Nina, nos informaron que habían tomado la decisión de ponernos protección. Si en el pasado Luis quiso hacernos daño, lo más probable era que lo volviera a hacer. Nina comenzó a sentirse más segura pues el edificio comenzó a tener mayor seguridad. Eso era lo que creíamos.

Nina, cuando fui a hablar acerca de sus pesadillas y de su gran ansiedad, me contestó que se le pasaría y que no era necesario que fuera a visitar a un psicólogo. Dylan también trato de persuadirla. Ambos considerábamos que la salud mental era tan importante como la física. Mi amiga se mostró reacia a nuestras recomendaciones.

Tampoco queríamos presionarla. Al fin y al cabo, la decisión era de ella. Aunque deseábamos que ella fuera a tratarse con un especialista, porque sabíamos por experiencia propia que ayudaba demasiado.

—Ya te lo he contado todo, Dylan. —Así que teníamos la casa sola y, por ende, la gran responsabilidad de ordenarla y dejarla muy limpia. Lo normal, era que Nina y yo nos repartiéramos las tareas, pero ya era hora de que Dylan tomara las obligaciones de la casa—. Y por favor, barre bien debajo de los muebles.

—Sí, ya entendí, Alan. Lo haré bien. Pero me gustaría que mientras termino aquí me contaras todo otra vez para poder asimilarlo mejor. —Ya no debíamos tener cuidado por soltar algo que pudiera afectar a Dylan. Muchas veces era él mismo quien investigaba avances sobre el caso; que no eran muchos. Lo único sabíamos en ese momento era que Luis seguía prófugo—. ¿Me lo dirás?

—Cuando acabes ahí, vas y traes la ropa que hay que lavar.

Desde que le había contado a Dylan que nosotros estuvimos saliendo el último año, él se había obsesionado por que se lo contara una y otra vez. Muchas veces me daba un poco de tristeza recordarlo, pues sabía a donde habíamos llegado. Otras veces me daba risa por lo pendejos que fuimos. Y otras tantas, me daba un retorcijón en el estomago cada que recordaba nuestra pequeña historia.

—¡Listo! —anunció Dylan cuando dio el último escobazo al polvo y lo puso en el recogedor. Se limpió una gota de sudor y no pude hacer más que reírme y voltear los ojos—. ¿De qué te ríes, enano?

DAYLIGHT Ⓓ (#2) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora