DYLAN JONES.
(***)
Problemas desde antes.
Los problemas comenzaron mucho antes de mi entrada al hospital. Todo estaba roto desde mucho antes. El golpe que mi madre me dio solo logró terminar el desastre y convertir todo en un montón de polvo. Las relaciones en casa se habían quebrantado desde mucho antes.
No quiero echarle la culpa a mi madre. Todos cometimos errores. Mi padre que siempre intentó ponerle la sonrisa más radiante a la vida, cayó en depresión cuando le informaron de su leucemia. Cada vez parecía que se hundía más y no lo culpo, su estado era critico. Las quimioterapias lo ponían más débil y la situación económica nos puso contra la pared a todos.
Mi padre perdió su trabajo. Mi madre fue obligada a tomar turnos dobles y a mí a buscar trabajo. Ahí fue donde ella comenzó a hacer las cosas por obligación y dejó de sentir amor por su trabajo y por su familia. No la culpaba, fue duro para ella. Debía cargar con la familia, los gastos y préstamos al banco. Cada vez se veía peor.
Tal vez fue el momento más equivocado de la vida donde decidí revelarles mi sexualidad. Mi madre ayudaba a mi padre e intentar sacarlo de casa para que recuperara su vida, pero él no ayudaba, se hundía más y más. Después de conseguir trabajo en un pequeño restaurante y luego en un supermercado; me tocó rogar de rodillas para que me contrataran. Comenzaba después de clase y terminaba casi a las nueve.
Estaba dispuesto a hacer el mismo esfuerzo que hacía mi madre. Pero ella se esforzaba el triple. Llegaba cansada y hacía las cosas de la casa. Se acostaba casi a media noche y se despertaba solo cuatro horas más tarde para comenzar el día. Le rogué que me dejara hacer mi propio desayuno, pero ella nunca me dejó y nunca me enseñó a hacerlo. «Son cosas de mujeres.» Así lo creí hasta mucho tiempo.
Ese día, cuando salía del trabajo, me pasé todo el camino encontrando palabras y valentía para confesar que me gustaban los chicos tanto como las chicas. Ni siquiera sabía por qué quería hacerlo. Una fuerza en mi interior se expandió por mi cuerpo y el valor me llenó el cuerpo. Ellos ya estaban sentados en la mesa cuando yo llegué. Ella ni siquiera sabía que yo trabajaba, siempre me excusaba con mi practica de fútbol. Pero el dinero se lo dejaba en aquella caja de zapatos que tenía en el ático, donde ella tenía sus ahorros.
El silencio en cada comida era muy común ya en casa. Ellos trataban de poner mejor cara a las cosas. Intentaban de que yo no me diera cuenta de los problemas por los que pasábamos. Pero yo no era tonto, sabía recibir las señales. Cuando todos estábamos terminando, dejé caer la bomba.
—¿Dónde has estado, Dylan? —se interesó mi padre al que pocas veces escuchaba hablar y eso me sorprendió. —¿Acaso estás con tu novia?
Mis manos sudaban porque, en realidad, un par de mesas atrás había acabado con mi última novia. Estábamos por terminar el año escolar.
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DAYLIGHT Ⓓ (#2) [COMPLETA]
RomanceSPOILER: No puedes leer está novela sin haber leído su parte anterior. (PRIMER BORRADOR) Ⓓ Parte 2 de la Bilogía DYALAN JUVENIL - DRAMA - ROMANCE Portada por: @ash.quintana (Instagram) «Le rogó a Dios que le concediera al menos un instante para qu...