Capítulo 17.

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¿Cuánto debo decir? ¿Nada?

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¿Cuánto debo decir? ¿Nada?

(***)

Esperaba un ataque de ira, golpes y gritos; sin embargo, fue todo lo contrario. Recibí silencio por parte de Dylan. Se sentó a mi lado en el sofá y se quedó viéndome. Nina tuvo una reacción más fuerte. Cerró los ojos y se retiró diciendo que no quería revivir todo otra vez. Así que quedamos solo Dylan y yo en la sala.

—¿Así que por eso ibas al psicólogo? —Alargué mi mano y toqué la de él. No sabía cuánto debía contarle, ni si había sido el momento de hacerlo. Yo estaba muy nervioso, pero era esencial que él supiera algo.

—Sí, es por eso. —¿Estaba haciendo lo correcto? ¿Me pertenecía a mí contarle? No quería dañar su mente. No quería que recordara todo lo que nos había pasado esa mañana—. ¿Cómo lo supiste?

—Voy al mismo lugar, Alan. Un día te vi saliendo y no me atreví a acercarme. —El ¿Fue Santiago el que intentó matarte?

—No. —Me quedé en silencio un momento. Cerré los ojos, pero solo llegaron a mí imágenes de lo que ocurrió. Todo tan sombrío que me hizo estremecer—. No puedo decirte mucho.

—¿No puedes o no quieres? ¿Acaso todo esto tiene que ver conmigo también? ¿Yo estuve involucrado en esto? ¿Cómo voy a poder ayudarte si no me cuentas nada? —No dije nada. Aparté la mirada. No podía soltar nada.

Todos habíamos acordado que era importante formarle un nuevo futuro. Todos habíamos acordado no recordarle el pasado. Todos habíamos acordado que yo no debía acercarme a él porque yo fui el causante de todo. Todos habíamos acordado que Dylan debía ser feliz. Sin embargo, yo había roto cada uno de los acuerdos. Yo debí impedir que se quedara esa noche. Yo no debí besarlo. No debí decirle palabras bonitas. Yo no debí aparecerme en su camino. Jamás. Pero ahí estábamos y no sabía por cuál camino apostar.

—Tiene que ver conmigo —comentó tomando mi silencio como afirmación.

Apreté los ojos. Eso no podía estar pasado. Debía ser una pesadilla. De pronto estaríamos en el colegio, no habría problemas y todo sería mejor. O tal vez, mejor, estaríamos en aquella noche en la que salimos en el carro de papá y no nos estrellaríamos en la carretera. O tal vez nos estrellaríamos y yo moriría, hubiera sido mucho mejor. ¿Por qué estaba llorando? Cerré los ojos con fuerza. Todo había sido mi culpa, todo. Yo no debería estar vivo.

—Tranquilo, mi amor. —Dylan me tomó por las mejillas y me hizo verlo. Estaba muy preocupado. Yo estaba cubierto de lágrimas. El debía alejarse antes de que yo pudiera hacerle daño. Yo era una bomba, pero él me abrazó dispuesto a sentir la explosión. Sus brazos rodeándome y sus manos recorriendo mi espalda para tranquilizarme—. No te preocupes. No debí abrir las heridas del pasado.

—No debía recordarte esto. —Lo abracé con fuerza. Sentía que después de confesarle todo, él me dejaría. Pero no quería perderlo. ¿Por qué había roto tantas reglas por él? Yo no era así—. Tu madre me hizo prometer que nunca me acercaría a ti. Nunca debí besarte, ni siquiera hablarte. Pero no puedo hacerme a un lado porque siento tanto.

DAYLIGHT Ⓓ (#2) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora