Capítulo 4.

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4 | Los dos bajo un mismo techo.

4 | Los dos bajo un mismo techo

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ALAN THOMPSON

—Hola, Nina —saludó Dylan sin dejar de tocar mi brazo. Yo volteé a ver a Nina. Ella usaba la misma ropa del día anterior y estaba un poco despeinada.

—¿Qué le haces al pobre niño? —Nina tomó la mano de Dylan y la separó de mi brazo, le agradecí en la mente. Dylan no podía enterarse de lo que me había pasado—. Lo asustas, Dylan.

—No estaba haciéndole nada —se escudó él. Dio dos pasos hacia atrás y levantó las manos. Yo estaba callado. Dylan había visto esas manchas antes, sin embargo, no dejaba de ser vergonzoso aceptar que en algún tiempo alguien se aprovechó de mí—. Yo solo quería saber si...

—Bueno, se lo preguntas después —mencionó Nina comenzando a empujarlo por la espalda hacia la habitación—. Por ahora, vete a bañar y ponte ropa que parecía que Alan tenía miedo de que le hicieras cosas indebidas.

—Tú eres la que viene de hacer cosas... —reprochó Dylan. Yo los miraba con una sonrisa pintada en el rostro.

—Sí, pero yo lo hice con mi novio —afirmó ella. Le dio una nalgada—. Es tu primer día, debes ir a la facultad.

De un empujón lo envió a la habitación y le cerró la puerta. Nina hizo como si se quitara sudor de la frente. Soltó un gran suspiro y caminó hacia la nevera.

—Así que tuviste un gran cumpleaños, ¿eh? —le pregunté. Ella sacó un poco de agua y se lo bebió como si fuera la salvación de una vida. Asintió.

—Fue bueno después de todo.

—Me alegra —comenté. Ella se sentó exhausta en la silla en la que había estado Dylan—. Gracias por lo de hace un segundo. Pero él no me iba a hacer nada, solo quería saber...

—Me daba miedo por él. Parecía que el cualquier momento ibas a levantar tu mano y le ibas a agarrar la verga.

Ella estaba divertida con mi expresión de ofendido.

—Yo no iba a hacer eso —Sentí mis mejillas sonrosadas. Volvió a mí la imagen de Dylan parado a mi lado, su pecho, su abdomen, su entrepierna...

—Como sea, por ahora tenemos algo más importante de lo que hablar —mencionó ella y se inclinó un poco para susurrarme—: Los secretos que debemos ocultarle a Dylan.

—Sí, lo entiendo, y gracias por estar con él todo este tiempo, no puede ser nada fácil después de lo que pasó. —Nina había estado con Dylan a cada momento desde que salió del hospital, después de su recuperación.

—Yo también quería a Dylan, Alan. —Ella miró a los dedos de sus manos que jugaban entre ellos. Para ella debió de ser duro ver a diario como sufría mientras intentaba recordar cosas—. Dylan y yo nos habíamos hecho muy cercanos ese año.

DAYLIGHT Ⓓ (#2) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora