Capítulo 36.

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36 | La pelea con Derek.

36 | La pelea con Derek

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ALAN THOMPSON.

El cambio de clima se sintió a penas el taxi comenzó su marcha hasta mi casa. Podría demorar diez minutos, no me importaba si tardaba más, me gustó ver por la ventana a aquellas calles en las que crecí. Me quité la chaqueta y la dejé sobre mi regazo. Brady y Pedro iban en otro carro atrás de nosotros.

—Flaco —Dylan me dio un codazo para que le mirara— nunca me dijiste qué pasó entre tú y Derek para que terminaran tan peleados.

Miré por la ventana. Habían pasado casi seis meses desde aquello. Busqué la mano de Dylan y la apreté. Él me sonrió y restregó mi mejilla contra la suya. Me apoyé en su hombro y el me abrazó.

—Está bien si no quieres decir nada.

En una de mis sesiones con mi psicóloga, cuando le hablé del miedo que tenía a no ser suficiente bueno como para relatar una historia, ella me dijo: «No existe el fracaso rotundo, solo pequeños errores que te llevarán hacía el resultado exitoso que quieres alcanzar». Pero no fue ahí cuando comencé a escribir, fue mucho después.

Muchas noches pasé intentando una forma de comenzar y luego, a pesar de todo el miedo, una noche, mientras veía unas fotos mías al lado de Dylan. Nunca supe en cuál momento él las hizo. Yo las robé de su computadora. «¿Qué es lo que quieres que él vea cuando despierte? ¿Un chico depresivo y con el culo plano de tanto estar echado? No, ¿verdad? Entonces, levántate y anda, dijo chuchito».

Hice un par de correcciones y subí mi primer capítulo. Recuerdo haber pensado varias veces en bajarlo, pero esa voz en mi cabeza me detuvo. Después de comenzar a escribir y publicar mis primeros capítulos de mi nueva novela, tuve un buen recibimiento por parte de mis lectores.

«Te está yendo muy bien, ya los enganchaste» me dijo esa vocecita. «Y eso que no has subido la escena caliente».

Cuando le comenté a mi abue que había comenzado una novela, ella me miró y sonrió. Fue en la cena que me hizo por mi graduación. En la ceremonia obtuve medallas de merito por mis notas. Todos mis compañeros dijeron ir a celebrar a casa de Mateo; Nina insistió en que fuera, pero no lo hice. Sentí un sinsabor que no me permitía disfrutar las cosas que hacía. Pero me aferré de las letras como aquel naufrago rubio se sostuvo del piano para flotar en el mar agitado.

Estaba en mi cuarto, era el último día del año y publiqué mi último capítulo de la novela. Recibí muchos comentarios buenos y malos, pero aprendí qué cosas debía mejorar y qué debía seguir conservando. Mi tía Sally llegó de visita, pero yo me escapé de la cocina para poder ir a corregir y publicar el final del escrito.

Mi abue y mi tía no se llevaban muy bien, pero ella quería mucho a mi hermano. Él ya había regresado a vacaciones y era bonito volver a tenerlo a mi alrededor. Estaba respondiendo un mensaje cuando mi abue golpeó la puerta.

DAYLIGHT Ⓓ (#2) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora