ALAN THOMPSON
(***)
Recuerdo de un tonto.
El corazón me latía como loco. ¿Sería demasiada coincidencia que me hubiera cruzado con el mismo hombre otra vez? Podría parecer paranoico, pero también podría ser alguien mandado por Luis. No se me olvidaba que él todavía andaba por ahí suelto. El simple hecho de pensarlo me hizo dar un escalofrío por toda la columna.
Entré al lugar donde trabajaba. Sin embargo, no dejaba de sentir una mirada en mi espalda. Me sentía vigilado. Respiré, necesitaba concentrarme para trabajar y ganar dinero. Miré la hora. Faltaban treinta minutos para que comenzara mi turno.
—¿Viste a un fantasma? —me preguntó Camila. Estaba atrás de mí. ¿Le podía decir lo que me pasaba? ¿Pero qué diría? "Me encontré con un hombre ya miré una vez y eso me asustó", no, eso suena patético—. Te vi llegar corriendo. Pero déjame decirte que aun falta para que empiece nuestro turno. ¿Pasó algo?
—No, no es nada importante. —Tal vez solo era yo y mi gran imaginación la que estaba jugando mal. Respiré hondo y traté de dejar de pensar en aquel hombre. Solo era una coincidencia del destino y nada más.
—¿Estás seguro? —Ella entrecerró los ojos como si buscara una mínima respuesta en mis pupilas. Me sentí desnudo y las mejillas se me pusieron coloradas. ¿Le podía contar a ella lo que me sucedió?
—Bueno, me pareció ver a alguien del pasado y me asusté. —De repente su mirada se suavizó. Ella apretó los labios y me abrazó. La calidez de su cuerpo me embriagó y me hizo bien. Agradecí ese abrazo.
—¿Era alguien que te hizo daño? —preguntó aferrada a mi brazo. No supe si debía contarle mi mayor trauma. No estuve listo para hacerlo. Así que me encogí de hombros y busqué la solución más fácil de todas.
—Mi exnovio.
—Aún falta mucho para que comience nuestro turno, podríamos ir por un café si quieres. Yo invito.
Sonreí y acepté. Hacía mucho tiempo que no hablaba de alguien así, que no fuera mi psicólogo. Se sintió liberador. Le conté la forma en que él me había utilizado para pagar una venganza contra mi hermano. Como se había aprovechado de mis sentimientos y de mi cuerpo para satisfacer sus deseos.
Santiago fue una sanguijuela que robaba lo mejor de mí y me dejaba débil para la siguiente batalla. Lo peor de todo es que yo le entregué todo, hasta la capacidad de jugar conmigo con la pala de su mano. Como si yo fuera una pequeña ficha en el ajedrez de su vida. Un simple peón que debía cuidar a su rey.
Él decía amarme. ¿En serio? Yo me dejé embobar por la cara bonita y por palabras bonitas, pero me olvidé de cada una de las señales gritaban que me alejara de él. No hay peor ciego que aquel que no quiere ver.
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DAYLIGHT Ⓓ (#2) [COMPLETA]
Storie d'amoreSPOILER: No puedes leer está novela sin haber leído su parte anterior. (PRIMER BORRADOR) Ⓓ Parte 2 de la Bilogía DYALAN JUVENIL - DRAMA - ROMANCE Portada por: @ash.quintana (Instagram) «Le rogó a Dios que le concediera al menos un instante para qu...