Capítulo 46.

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46 | El plan de Alan.

46 | El plan de Alan

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DYLAN JONES.

No sabía si la idea de Alan fuera a servir. La verdad yo le tenía muy poca fe, pero lo apoyé. Mientras volvíamos a bajar por el ascensor, él me contó la idea. Fuimos a una tienda de disfraces y compramos sangre falsa y un arma.

Al regresar, Alan me dijo que debíamos comenzar la discusión desde el pasillo. No sabía cómo haría para pelear con él. La mayoría del tiempo no me gustaba alzar la voz. Odiaba las peleas y los gritos, siempre tratamos de solucionar nuestros problemas con dialogo. Pero Alan estaba convencido de que funcionaría. Así que, yo daría mi mayor actuación para ayudarlo. Fui quién lanzó el primer grito:

—¿En serio no hay nada de comer? —Alan casi suelta una carcajada. Entramos al apartamento. Debía ser una de las cosas más estúpidas para comenzar una pelea. Yo respiré, no podía reírme. Alan juró que nos escuchaban en todo momento—. No has cocinado ni mierda.

—Tampoco es mi responsabilidad, tú puedes hacerlo con facilidad.

—¿Yo? Tú eres él que insistió a que yo viniera a vivir contigo, es tu responsabilidad. —Afuera comenzó a llover con intensidad. Caminé hacia la cocina. Tuve una idea de como hacer las cosas más dramáticas. Alan encendió el televisor y buscó un video—. ¡No me ignores, maldita sea!

—¿Qué putas te pasa? —Alan caminó hasta donde yo estaba y me tomó la mano. Tenía el control en la mano. Me guiñó el ojo. Colocó su móvil a grabar—. No es mi culpa que tu mamá te haya consentido toda la vida y que no puedas ni lavar un plato.

—Quiero que me cocines algo en este momento.

—No lo voy a hacer, si quieres algo te lo haces tú. —Alan me puso un plato en la mano y asintió. Yo tomé un respiro.

—Alan, ven acá de una hijueputa vez.

—A mí no te atrevas a insultarme. —Volvió a asentir y yo me quedé quieto. No sabía qué hacer. No me gustaba la situación ni mucho menos maldecir a mi chico. Supongo que lo hacía por un bien mayor. Sentí el plato entre mis dedos.

—¡Qué vengas ya! —Con toda mi fuerza, hice estrellar el plato contra la pared de enfrente. Alan me puso un pulgar en alto.

—Mira lo que acabas de hacer. ¿Sabes qué? Te quedas solo, yo no voy a quedarme al lado de un idiota como tú. —Se dio media vuelta y caminó hacia la puerta. Alan la estaba dando toda. Lo alcancé y lo tomé de la mano para que no pudiera avanzar. Debía actuar bien si se trataba de que había cámaras como la última vez—. Suéltame.

—No irás a ningún lado.

—Suéltame que me estas lastimando.

—Vas a ir a esa cocina y me vas a preparar algo en este momento.

DAYLIGHT Ⓓ (#2) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora