SPOILER: No puedes leer está novela sin haber leído su parte anterior.
(PRIMER BORRADOR)
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Parte 2 de la Bilogía DYALAN
JUVENIL - DRAMA - ROMANCE
Portada por: @ash.quintana (Instagram)
«Le rogó a Dios que le concediera al menos un instante para qu...
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35 | La tía Sally.
(***)
ALAN THOMPSON.
Camila me tenía con dolor de cabeza. Era verdad que ella tenía más de veinte y que era capaz de tomar decisiones midiendo las consecuencias; pero ella se había escapado con un hombre que seguía casado y que ni siquiera sabía si lo de ellos iba en serio. Sus padre pareció muy enojado con ella y a mí me dio mucha pena hablarle después de todo el engaño que le ayude a Camila a hacer.
Traté de llamarle, pero se iba a buzón de mensajes. Le escribí que me llamara en cuanto tuviera señal, y al instante me llamó.
—Hola, Camila. —Me apoyé en Dylan, quien estuvo pendiente de la situación todo el tiempo—. ¿Dónde estás?
—No te voy a decir dónde, porque podrías decirles a mis padres y no quiero volver con ellos. No me importa si están preocupados, no me importa si quieren hablar. Yo les di la oportunidad de apoyarme y no lo hicieron así que no quiero hablar con ellos. —No conocía a Camila tanto como a Nina, pero había visto como sus padres la sobreprotegían. Tenía que llegar siempre a las siete y, según dijo ella, ningún novio que ella tuvo les pareció el indicado. Hasta que llegué yo.
«Qué pecado con ellos, ni se enteraban que en tu apartamento rellenaban el pavo con un hombre guapísimo» dijo esa vocecita en mi cabeza.
«Vete a la verga» le grité.
«Si es a la de Dylan, qué Dios te escuche».
—Solo quiero que sepas que estoy bien, ¿vale? No voy a volver para el próximo semestre. Con Carlos hemos decidido escapar de esta ciudad. Él está conmigo, terminó su matrimonio. Solo para que lo sepas, para que no te preocupes.
—¿Estás segura que eso es lo que quieres? —Dylan me miró y se encogió de hombros. Tal vez él pensaba que yo no debía meterme en sus decisiones. «No seas igual que sus padres» me susurró.
—Sí, Alan, ya he tomado la decisión.
—Vale, entonces no puedo decirte más. Te apoyo por completo y si necesitas mi ayuda aquí estoy. —Dylan me sonrió como si estuviera orgulloso de mí—. Y tal vez sí deberías hablar con tus padres. Dales otra oportunidad de que te escuchen. Si ya no funciona pues lo dejas, pero intentarlo.
—Lo pensaré. Y ya me tengo que ir. ¿Hablamos luego?
—Llama cuando quieras.
Luego colgó. Dylan me miraba alzando las cejas.
—Te encanta en chisme, ¿no?
—Yo vivo por y para el chisme, no me juzgues.
Me tomé las pastillas y luego miré por la ventana. Aún faltaba mucho para llegar a casa. Cerré los ojos y, de a poco, fui quedándome dormido. En la oscuridad de mi sueño comencé a recordar.