Alana.
Luego de ver a Derek desaparecer de mi vista me senté sobre la cama algo enfurruñada. ¡Que chico más cabezota! Muy tierno, ¡pero que cabezota! Froté mis ojos y pegué un gran bostezo, ciertamente la noche anterior casi no había dormido y mi cuerpo lo necesitaba.
Entre lanzarme a llorar una vez más o echarme una siesta creo que estaba claro lo que debía hacer. Por tanto me acosté y me puse cómoda para dormir muchas horas.
Después de haber cerrado los ojos recordé que quería bajar otra peli así que tomé mi celular de la mesita de noche y lo dejé bajando algunas. Con suerte al menos una se bajaría en esas horas. Por precaución lo conecté al cargador, mal hecho, lo sé. Me negaba a perder el progreso que consiguiera porque el móvil se apagara.
Hecho todo esto, dejé que el sueño me llevara.
Cerca de las cinco y media me desperté, mi cabeza dolía un poco pero era soportable. Recogí la cama improvisada de Derek y me di cuenta que una de las pelis estaba casi lista y mi teléfono seguía con toda su batería.
— ¡Genial!, alguien tendrá algo entretenido para hacer esta noche y tal vez mañana —murmuré contenta mirando la pantalla de mi móvil.
Se me ocurrió buscar un lugar de la casa con algo más de señal y luego de cambiarme de ropa salí de mi habitación con rumbo al granero. Dejé una nota en el refrigerador avisando donde estaba por si mis tíos volvían a casa. Entre al lugar y me senté donde lo había estado haciendo esos días. Me iba a aburrir mucho porque no tenía ni a Derek para hablar, aunque fuera sola.
Todo sea por disfrutar de una buena película.
No habían pasado ni 15 minutos cuando me entro una llamada de mi madre. Raro… ella había dicho que esa semana iba a estar algo ocupada.
— ¡Hola mi niña! —saludó.
— Hola mami.
— ¿Cómo ha estado mi princesa? —preguntó
— Muy bien ¿Cómo estás tú?
— Cansada cariño, mi jefe se a propuesta matarme —bufó y yo sonreí —. Pero no quiero hablar de eso ¿Te aburres mucho por allá?
— No tanto como imaginé — aseguré recordando a mi amigo lobo — Ahora mismo estoy intentando bajar alguna película, aunque está tardando siglos.
— Me alegra que intentes pasarla bien, pero no te preocupes en tres semanas estarás de vuelta.
— Así es —dije un poco desanimada y mi madre lo notó.
— ¿Qué pasa cariño, no te oigo emocionada?
— Es solo que me la he pasado bien aquí.
— Puedes quedarte dos semanas más si quieres, pero debes volver unos días antes de que comiencen las clases.
— ¡¿De verdad lo dices?! —chillé emocionada.
— Seguro, más tarde voy a llamar a tu tío para decirle.
— ¡Gracias mami, eres la mejor!
— Chiquilla interesada —se burló.
Hablamos un rato más de cosas sin importancia y respiré aliviada cuando no preguntó sobre mis amigos o David. Seguramente no quería que me molestara al recordar que me había perdido de pasar las vacaciones con ellos.
Aunque ahora mismo casi que se lo agradecía, pues podían haber pasado dos cosas, hubiera descubierto lo de Mari con David y mis vacaciones se habrían ido al carajo por estarlos viendo a cada rato o me seguirían viendo la cara de estúpida.
Estaba consciente de que no podía escapar para siempre de la situación, tarde o temprano tendría que hablar con David, yo misma quería hacerlo para aclarar muchas cosas y cerrar ese capítulo de mi vida. Claro que eso no hacía las cosas más fáciles o menos dolorosas, pero todavía no me sentía preparada para enfrentarlo sin derrumbarme.
Tío Héctor apareció un rato después para decirme que ya habían llegado, luego de esperar unos minutos a que las pelis terminaran de bajarse (¡Porque se había bajado más de una!) volví a la casa para ayudar con la cena. Con ayudar me refería a alcanzarle un par de cosas a mi tía y hablar con tío Héctor.
— Así que ya Derek se fue — comentó y yo asentí mientras bebía un poco de jugo.
— Pero mañana en la noche debe estará de vuelta, espero que no les moleste —agregué
— ¿En serio? — cuestionó tía Fiona que había estado en silencio por un rato y yo asentí.
— No me lo esperaba, Derek rara vez se aleja de la manada — aseguró mi tío.
— Pues yo tampoco lo esperaba pero no me dejó protestar ¿No les molesta cierto?
— Al contrario, nos agrada tenerlo aquí y es bueno que tengas a un amigo de tu edad para charlar y esas cosas —admitió tía Fi.
— ¡Tengo los mejores tíos de mundo! —grité emocionada.
— Aduladora —se burló tío Héctor.
¿Es que uno ya no podía mostrar agradecimiento?, primero mamá y ahora ellos. ¡Solo expresaba mi emoción, tampoco era un delito!
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Luna Roja
WerewolfDerek entra en la vida de Alana accidentalmente y un evento celestial lo obliga a quedarse más tiempo del planeado. Esa noche cambia muchas cosas para ellos. ¿Quieres saber cuáles? ¡Ven y descúbrelo por ti mismo!