Capítulo 27

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Alana:

Habíamos llegado hasta un pequeño claro, D había dicho que su manada estaba a unos metros y que dejáramos allí los caballos. Así que lo atamos a un árbol y caminamos hasta ver una curva.

Tomé la mano de Derek mientras nos acercabamos, él dió un pequeño apretón a mi mano y me sonrió.

— No estés nerviosa, vienes conmigo — recordó.

— ¡Miles!—escuché que gritaban y me giré encontrándome al chico pelirrojo — ¡Casi me como ese árbol por tu culpa pedazo de idiota, vuelve aquí!

— ¡Atrapame! —lo reto Miles, el hermano de la chica rubia si mal no recuerdo.

— ¿Ya están peleando de nuevo? ¡Es que no se les puede dejar solos!— les gritó D, mientras contenía la risa.

— ¡Derek, estás de vuelta! — gritaron ambos chicos.

— Prometí que vendría — le dice al chico pelirrojo, Garrett — ¿Donde está Milena?

— Andaba por aquí ahora mismo, no debe estar lejos.

El nombre de la chica me pone nerviosa, se que no le gustan los humanos. Me escondo un poco detrás de Derek, pero el lo nota enseguida.

— Chicos, ella es Alana — me presenta poniéndome a su lado.

— La chica de la fiesta — recuerda Garrett.

— Ahora que te veo bien, eres bonita — señala Miles mirándome y luego voltea hacia D — Creo que ya entiendo porque volviste — dice negando con la cabeza.

— No es lo que piensan — los mirá con los ojos entrecerrados.

— No te lo crees ni tú — acusa Garrett.

— ¿Dónde está mi padre? — pregunta D ignorando el comentario de su amigo.

— Dónde siempre —comenta Miles.

— Ali, podrías quedarte aquí con los chicos un momento. Voy a saludar a mi padre, prometo volver rápido — pide Derek mirándome.

— Si claro — me obligo a decir.

— Sean agradables con ella — los señala con un dedo y luego me mira de nuevo — Será solo un segundo.

Asiento y siento un último apretón en mi mano antes de que me suelte. Le sonrió para tranquilizarlo y al final se marcha.

— ¿Nos sentamos un rato? — propone Garrett.

Miles y yo asentimos, ellos me guían unos metros a la derecha donde hay unas piedras bastante grades y nos subimos en ellas.

— ¿No eres de por aquí o si? — me pregunta Miles.

— No, en realidad solo estoy de vacaciones — le sonrió.

— Sabía que nunca te había visto en el pueblo antes — señala.

— ¿Van mucho al pueblo? — les pregunto.

— Más o menos — habla Garrett — a veces vamos muchos días seguidos y otra no vamos por semanas — se encoje de hombros.

— La próxima vez que vayamos podemos salir todos juntos — propone Miles.

— Me encantaría — les sonrió, siento algo frío en mi mano y me giro apartando la mano.

Estoy a punto de gritar cuando un lobo de pelaje oscuro me observa, se acerca de nuevo y me olfatea. No me muevo, apenas respiro, el animal ladea la cabeza y se sienta a mi lado mirándome.

— No tengas miedo, Jairo es inofensivo — habla Miles a mi lado.

— Jairo, ella es Alana. Es amiga de Derek — le explica Garrett.

— Hola — saludo.

— No te hará nada — señala Miles.

— Lo sé, es que por un momento había olvidado dónde estoy — me disculpo.

— Los demás están del otro lado, pero seguro Jairo sintió tu olor desde allá — interviene Garrett.

Miro a Jairo de nuevo y le sonrió, el mueve la cola, se para en dos patas para estar más cerca mientras yo lo miro con la boca abierta.

— Le caiste bien — se burla Miles — Derek tiene competencia por aquí.

— ¿Está mal si lo acaricio? — les pregunto.

— No, tranquila puedes hacerlo — me dice Garrett.

Asiento despacio y pongo mi mano sobre su cabeza, poco a poco voy moviendo la mano. Jairo se queda quieto.

— Es muy suave — sonrió — A Derek solo lo toqué una vez, la verdad me daba miedo que me fuera a morder si me acercaba demasiado. No empezamos con buen pie — les cuento.

— Nadie lo diría — admite Miles.

Por el rabillo del ojo veo otro lobo acercarse, es blanco y parece más pequeño que los demás.

— Hola Eira — saluda Garrett.

Después aparecer un par más y detengo mis caricias sobre Jairo quien intenta que vuelva a acariciarlo.

— Creo que ya te olieron — avisa Miles — Pensé que no lo harían pues mayormente hueles como Derek.

— ¿Como? — lo miro con el celo fruncido.

— Tú olor se camufla bastante con el de él, pero es normal. Lo tenías cerca — explica.

Cuando miro da nuevo hay cinco lobos a mi alrededor mirandome.

— ¿Debo preocuparme? — cuestiono.

— Nah, solo están curiosiando — Garrett hace un ademán con la mano para restarle importancia.

— Es amiga de Derek — le dice Miles al lobo blanco de antes. Yo lo miro como si estuviera medio loco, pero realmente no me sorprendería si se entendieran.

— ¿Se puede saber que mierdas hace esta humana aquí? — cuando me giro veo a Milena mirándome mal.

— Milena no empieces, la chica no ha hecho nada — le pide su hermano.

— Por su culpa Derek no está aquí cumpliendo con su entrenamiento para ser Alfa — escupe con asco y yo me encojo en mi lugar.

— Eso es puro formalismo, sabes muy bien que Derek ya está listo. Ha crecido en esta manada y su padre le ha enseñado todo lo que necesita — replica Garrett.

La chica intenta dar un paso al frente pero Jairo se interpone.

— ¡¿Tú también vas a defenderla Jairo?! ¡Apártate de mi camino! — le chilla, pero el solo se pone en posición de ataque. Estoy segura que si Milena da un paso más le salta arriba — Esto es increíble, váyanse a la mierda todos.

— Nada de esto es tu culpa, a Milena no le gustan los humanos — Garrett pone una mano en mi hombro y me sonríe para tranquilizarme, le devuelvo el gesto. Aunque me sigo sintiendo un poco mal mientras la veo marcharse enojada.

— Solo dale tiempo ¿si? — pide Miles — Mi hermana no es mala.

Asiento con la cabeza y me vuelvo para mirar a los demás lobos a mi alrededor que se han acomodado relajadamente. Jairo vuelve a mi lado y se acuesta en el suelo.

Me caen bien estos chicos, a excepción de Milena todos son muy amables.

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