Luna Roja

Capítulo 40

Alana:

Cuando me subo al coche de mis amigas lo primero que hacen es quitarme el tuper que llevo en las manos para comerse los dulces que hicimos anoche Derek y yo. Lo segundo es volverme loca con sus preguntas. He tenido que meterles un trozo de dulce en la boca a cada una para hacerlas callar.

Han protestado pero ha servido de algo y luego les he hecho un breve resumen de todo.

Ya en clase Helen y Gretzy las chicas se fueron a buscar a sus novios para compartir con ellos los dulces. Por suerte yo había pensado en todo y saqué un tuper más pequeño donde traía tortitas para Zach.

— No hacía falta — mencionó con las mejillas enrojecidas.

— Las chicas ya se ocuparán de compartir con los demás, no iba a dejarte sin tortitas — le sonreí.

— Pues si que cocina bien ese amigo tuyo — mencionó masticando.

— ¿Como sabes que las hizo un amigo? — pregunté con el ceño fruncid. Dudaba que las chicas le hubieran comentado a ellos algo.

— Mandaste los mensajes al grupo que tenemos todos juntos — explicó y yo abrí mucho los ojos con algo de vergüenza.

El día avanzo sin más percanses, mi prima Mikaella se había enterado por mi papá que estaba de vuelta en la ciudad y tenía muchas ganas de hablar conmigo sobre el chico ese con el que estaba ahora. Así que pasamos la mañana mandandonos mensaje y casi me quitan el móvil al menos 3 veces.

Para cuando terminamos las clases y guardaba las cosas en el casillero, no podía separar los ojos del teléfono. No se cómo llevábamos tanto rato hablando del chico cuando apenas llevamos dos meses de curso. Era impresionante lo que podía pasar en tan poco tiempo y como tú vida podia cambiar de formas tan abruptas.

— Así que hay alguien más — mencionó una voz que conocía demasiado bien para mi mal gusto — ¿Es por él que ya no quieres estar conmigo? — cuestionó en cuanto me di la vuelta.

— Derek no tiene nada que ver, si no quiero saber nada de ti es porque tú mismo te lo haz buscado — repliqué.

— Oh vamos Lana, ¿en serio vas a echar a perder lo nuestro por alguien que conoces hace dos minutos? — preguntó cruzado de brazos.

Odiaba que me llamara Lana, pero mientras estuvimos juntos asumí que era su forma cariñosa de tratarme y que no debía pensar así. Ahora que no tengo obligaciones con él, puedo odiar el apodo sin sentirme culpable.

— No me vuelvas a llamar así — ordené — Y no, no estoy "echando a perder" nada porque ya nuestra relación era una mierda.

Vi en sus ojos algo parecido a la ilusión, el hecho de que le haya pedido que no me llamara de esa forma seguro lo hizo pensar que me ablandaba de alguna forma.

— Lana, no digas esas cosas. Sabes que éramos muy felices juntos. No dejes que una mentira opaque todo lo bueno.

— ¿Todo lo bueno? — repetí incrédula — ¡¿Que había de bueno entre nosotros David?! ¡¿Que podías tenerme engañada como una tonta, que sabías que siempre volvería a ti hicieras lo que hicieras?! — comencé a alterarme y tenía una necesidad inmensa de soltar todo lo que llevaba dentro desde hacía mucho tiempo — Nuestra relación dejó de servir desde que me engañaste la primera vez con aquella chica. Jamás te creí nada pero pensé que tal vez podría perdonarte, que tal vez si yo hacía las cosas mejor no lo volverías a hacer. Que había sido mi culpa por no ser lo suficientemente bonita o divertida o a saber Dios qué. Preferí vivir metida en una burbuja para no sentirme culpable, estoy segura que esa chica no fue la última pero no quería saberlo. El hecho de que hayas tenido la poco decencia de engañarme con una de mis amigas es el colmo. De veras pretendías que te perdonará después de eso. No, David se acabó. No pienso seguir pensando que tus acciones son mi culpa. Eres una mierda de persona y lo he aceptado, yo no tengo nada que ver, no soy la culpable y soy más que suficiente pero tú no lo eres.

¡¡¡AVISO!!!
Un amigo mío tomó mi móvil para leer lo que estaba escribiendo y agregó esto como su versión de lo que ella debía decir después no lo tomen como parte de la escena pero me dio gracia y voy a dejarlo por amor al arte.

>> Y pasas el tiempo mirando mi foto pero me desprecias a escondidas pero no hay mejor venganza q la q se sirve en plato frío y yo me voy a vengar de ti tarde o temprano porque yo soy pura maldad y vas a caer en las garras de la tigresa q muerde calla y duerme tranquila.

Sigamos con la historia
¡¡¡ FIN DEL AVISO!!!

Cuando terminé de hablar sentía la graganga seca y las manos me temblaban ligeramente. Unos aplausos me sacaron de mi burbuja y cuando miré alrededor me di cuenta de que varios estudiantes se habían detenido en el pasillo a escuchar nuestra pelea y ahora aplaudían con fuerzas. Las chicas se abrieron paso entre la gente y vinieron a abrazarme mientras David se iba.