Capítulo 29

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Alana:

El resto de la semana se fue en apenas un suspiro, mi madre había vuelto a llamar recordándome que me quedaban tres semanas en este sitio y también había hablado con mi padre quien vendría a buscarme en su coche. Luego de eso salí disparada buscando a D y me lancé sobre el para abrazarlo.

Casi acabamos en el suelo y su risa no se hizo esperar, sentía que el tiempo no era suficiente y que no quería tener que despedirme.

El martes nos habíamos escondido en el granero para pasar tiempo juntos cuando aparecieron Miles y Garrett.

— ¡Vamos a entrar, si no tienen su ropa puesta por favor hablen ahora! — escuchamos a Miles gritar mientras abría la puerta.

Se adentró al lugar con la mano sobre sus ojos y se hizo un pequeño espacio entre sus dedos para ver.

— Estamos vestidos — bufó Derek.

— ¿Que hacen aquí? — pregunté poniéndome de pie, D protestó cuando me salí de sus brazos pero no me detuvo.

— Vinimos a buscarlos para dar una vuelta al pueblo — explicó Garrett.

— ¡Genial! — chillé, tiré de mi amigo para ponerlo en pie — Vamos a avisarle a mis tíos.

Literalmente lo arrastré hasta la casa y luego por toda ella hasta que nos encontramos con tía Fi saliendo de su habitación.

Luego de pedirme permiso ( y dinero) corrí por mi móvil que se había quedado cargando y volvimos con los chicos.

— Ya podemos irnos — avisé. Detrás de Miles pude ver a una chica de pelo negro y un chico de pelo castaño.

— Son Eira y Jairo — aclaró Garrett cuando me vio mirándolos.

— Si ya los recuerdos, los conocí en su forma de lobos — asentí varias veces.

— Los demás no pudieron venir, tal vez para la próxima — habló Jairo.

Los chicos se subieron a su auto, mientras nosotros tomamos la camioneta como la última vez.

— ¡Es genial que hayan venido! — casi que grité y Derek negó con la cabeza.

— Ya vuelves a estar de escandalosa —se quejó — y yo pensado que eso se había acabado.

— Me niego a permitir que me arruines el buen humor — señalé.

Derek se ríe y sigue conduciendo. En poco tiempo llegamos al pueblo. Dejamos los autos estacionados y nos adentramos a una cafetería.

— ¿Cuánto tiempo estarás por aquí? — me pregunta Eira — Lo chicos dicen que eres de la ciudad.

— Poco más de dos semanas — respondo, veo como Derek hace una mueca.

— Es bueno tener otra chica por aqui, todos estos me vuelven loca — me dice por lo bajo señalando a los chicos.

— Que te hemos oído — se queja Miles.

— Por eso lo dije — Eira le saca la lengua y el se hace el ofendido.

— Muy maduros ustedes — replica Jairo.

— Desde que están juntos no hay quien pueda con ellos — se queja Derek.

— ¿Que es esto, la hora de atacar a la pareja del grupo? — inquiere Miles cruzado de brazos.

— No se que andas reclamando Derek, tú les estás siguiendo los pasos — Garrett me señala y yo abro mucho los ojos.

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