Capítulo 21

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Alana :

Era viernes en la noche, los días habían pasado volando y yo a penas lo notaba. Si no fuera por tío Héctor que nos dijo que está noche comenzaba oficialmente la fiesta del pueblo no tendría idea en que día de la semana me encontraba.

La verdad había ido al pueblo máximo dos veces en las dos semanas que llevaba en este lugar. No conocía a nadie y no lo veía interesante, sin embargo está noche era diferente. Tenía a Derek conduciendo a mi lado la comioneta de mis tíos y nos dirigíamos a las fiestas.

Estaba totalmente entusiasmada con la idea. Nos rodeaba un silencio muy acogedor mientras yo tecleaba mensajes para mis amigas a una velocidad increíble.

Helena: ¿Entonces vas sola?

Yo: Me acompaña un amigo

Gretzy: ¡¿QUÉ?!, ¡EXPLÍCAME AHORA MISMO! ¿COMO QUE UN AMIGO?

Helena: No lo habías mencionado señorita, ¡ohh la traición!

Yo: Cálmense, lo conozco hace poco tiempo. Es amigo de mis tíos. 

Gretzy: ¿Es mayor? Quiero una foto ¡Ya!

Helena: ¿Mayor? ¿Es que estás loca?

Yo: No es mayor, ¿pero se puede saber que imagen tienen de mi?

Gretzy: Envíanos una foto para estar seguras.

Yo: Ni lo sueñen, conformencen con saber que tiene nuestra edad.

— ¿Que es tan divertido? —pregunta D encarnando una ceja.

— Las chicas querían conocerte, acabo de hablarles de ti —niego con la cabeza y la sonrisa no abandona mis labios.

— Sabes que no puedes decirle lo que soy, ¿cierto? —me mira con expresión preocupada y yo asiento con rapidez.

— Dije que eres amigo de mis tíos, que técnicamente es verdad —explico.

— Pues muy bien, ahora despídete que hemos llegado — hace un gesto indicándome que mire al frente.

En cuanto vuelvo mi mirada me topo con las luces que adornan la calle, hay cientos de personas de un lado a otro. Desde familias con niños hasta parejas de enamorados o simples amigos que salen en grupo, se mueven de un lado al otro mientras ríen y la pasan bien. La música se escucha cada vez más alto, tomo mi celular y me despido rápidamente de ellas.  Las notificaciones de los mensajes de nuestro grupo no tardan en llegar pero no las abro. Luego les contaré todo, al parecer en el pueblo si hay buena señal.

Mis ojos se enfocan en D, tiene una playera azul oscura y unos vaqueros. Su pelo se mueve por el aire entrante, a veces cae en sus ojos y pasa la mano por el para apartarlo. El azul de sus ojos luce aún más claro por la oscuridad. Me encuentro detallando su rostro y como la tela de adhiere a sus brazos tonificados.

— Bueno, aquí estamos — apaga el auto y baja de él, luego da la vuelta y abre mi puerta tendiendome una mano para salir.

Guardo el teléfono en mi bolsillo trasero y dejo que me ayude a salir.

— ¿A donde vamos primero?—pregunto, cuando comenzamos a caminar dejando atrás la larga fila se coches aparcados.

Nuestras manos siguen unidas, aunque yo soy completamente consiente no veo que él tenga intención de separarlas y yo no le doy importancia.

— Había pensado en subir a la rueda de la fortuna —menciona — ¿Te gustaría?

— Estoy de acuerdo —asiento y nos encaminamos hacia allí.

La fila no es demasiado larga, apenas debemos esperar unos minutos para subir.

— Cuando bajemos podríamos recorrer los puestos —propongo, desde aquí se ve todo el lugar.

— De acuerdo —acepta — Mira, parece que vendrá algún grupo —menciona señalando el escenario, dónde hay varias personas acomodando equipos.

Mi mente traicionera me envía a la banda de David y los demás. Ellos suelen tocar en lugares como estos. De pronto estoy algo nerviosa y tengo que tragar con fuerza.

— ¿No quieres ir?— cuestiona Derek con el ceño fruncido.

— No, claro que quiero ir —fuerzo una sonrisa — Me había distraído mirando —miento para tranquilizarlo.

Me da la impresión de que no me cree del todo pero tampoco me presiona para que hable.

— Deberíamos tomarnos una foto para tus amigas —comenta unos segundos después.

— ¿No te molesta?— cuestiono y él niega con la cabeza.

— En lo absoluto.

Saco el móvil y comienzo a hacernos fotos, unas sonriendo y otras haciendo caras graciosas. De fondo salen las luces del pueblo y me gusta mucho como están quedando. Quizás deba aprovechar el internet y subir alguna a mis redes.

Los labios de Derek se posan en mi mejilla y contengo la respiración, olvidando en que pensaba.

— ¿Que haces?— susurro.

Nota: hasta yo me puse nerviosa jajaja

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