Capítulo 16

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Derek:

Durante un par de horas corrí llevando la ropa en mi boca, puesto que al llegar me transformaría para hablar con mi padre. Estaba seguro de que no sería fácil convencerlo de volver, pero lo haría costara lo que costara.

Milena, Miles y Garrett estaban jugando en su forma lobuna, pero dejaron de hacerlo en cuanto se percataron de que había vuelto. Los tres corrieron hacia mí y saltaron haciéndome caer al suelo.

— Yo también me alegro de verlos —afirmé riendo pues sus lenguas me hacían cosquillas.

En cuanto se alejaron, Milena me miró de arriba abajo.

— Tengo que hablar con padre — comenté, porque sé que le extrañó verme en mi forma humana.

Garrett se dió la vuelta y comenzó a caminar, lo seguí sin decir nada y acabamos en una cueva a un par de metros donde ellos habían estado jugando. Padre estaba con otro hombre, imaginaba que el líder de otra manada pues esos días se habían estado reuniendo. La distribución de territorios era algo que se discutía muy seguido.

— Padre ¿podemos hablar?— interrumpí. En otra ocasión no lo hubiera hecho hasta que terminaran, pero había estado tres días desaparecido.

— ¡Derek hijo!, me tenías muy preocupado ¿Dónde has estado? — se excusó con su acompañante para acercarse a mi y abrazarme.

— Lo siento, acabé herido y no había podido volver —expliqué separándome de su abrazo.

— Tú muchacho se parece mucho a ti Drake —comentó el hombre de antes llegando a nuestro lado.

— Que va, si es idéntico a su madre —sonrió con nostalgia al decir eso.

Mamá era humana y había muerto cuando yo era muy pequeño en un horrible accidente. Mi padre la recordaba con todo el amor del mundo y una sonrisa triste, a ella no le hubiera gustado verlo hundido. Siempre fue un hombre fuerte como ella misma lo decía. Era consciente que mis ojos eran como los de mi padre pero todo lo demás era igual a mi madre. Papá la veía a ella en mí y lejos de ponerse peor, le encantaba sentirla cerca. Yo tengo muy pocos recuerdos suyos, casi que ninguno así que la mayor parte de lo que sabía de Elisa me lo había contando mi padre y los antiguos miembros de la manada. 

— Un placer conocerlo señor…

— Anderson —completó estrechando mi mano. 

— Padre necesito hablarte de algo —pedí un poco más serio para que entendiera la urgencia del tema.

— No hay problema, en cuanto resuelva mi asunto con el señor Anderson tienes toda mi atención —aseguró. Asentí con la cabeza y salí para reunirme con los chicos.

Ellos me esperaban fuera, contentos de que hubiese vuelto.

—¿Cómo les fue la Luna de sangre? —cuestioné sentándome a su lado y los tres dejaron su entusiasmo para quedarse muy quietos — ¿Paso algo?

Milena y Miles se apartaron un poco, me preocupé, las lunas de sangre solían causar estragos. Miré a Garrett en busca de una respuesta.

Su padre está en el hospital. Susurró en mi mente. Todos los lobos podían comunicarse mentalmente con los de su propia manada pero toma un tiempo dominarlo.

— ¡Mierda!, cuanto lo siento chicos. Marco es fuerte y saldrá de esta —aseguré y los ojos tristes de Milena me devolvieron la mirada.

Sin poder evitarlo pensé en unos ojos miel muy claros y bonitos, me negaba a dejarla sola en aquel lugar. Sus tíos eran muy buenos pero dudaba grandemente que Alana les demostrara siquiera que estaba triste.

Un rato más tarde mi padre salió con el señor Anderson y luego de despedirse de él me hizo una seña con la cabeza para que entrara a la cueva.

— Vuelvo en un momento chicos —avisé poniéndome de pie.

— Bueno hijo cuéntame todo — pidió una vez los dos estuvimos dentro.

Le narré todo lo que había pasado esos días, hablé sobre los Hesse y como me ayudaron igual que la otra vez. Papá aseguro que iría a agradecer lo que habían hecho por mí. 

— Tengo que pedirte algo, espero que me entiendas y me apoyes en esto porque para mí es muy importante.

— Dime hijo —animó

— Quiero volver —solté, quería ser directo en este tema.

— ¿Qué?

— Así como lo oyes, quiero volver.

— ¿A qué se debe ese interés por ese lugar? —se cruzó de brazos con gesto serio

Y aquí viene lo complicado.

— Mmm… Alana, la chica que me cuidó todos estos días y se convirtió en mi amiga me necesita. Lo está pasando mal y tengo esta rara necesidad de cuidar de ella — expliqué dándole voz a mis pensamientos de las últimas horas.

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