Capítulo 19

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Alana:

— Alana, Alana…despierta —escucho vagamente como alguien me llama mientras me mueve el brazo suavemente.

Me doy la vuelta y abro un ojo para ver de quien se trata.

— ¡Ahhh!, ¿QUE HACES AQUÍ PERVERTIDO? —grito como una loca y le aviento una almohada que como no, el atrapa antes de que le dé en la cara.

— ¡Maldita loca, vine a traerte el desayuno! —exclama cuando estoy por tirarle otra almohada.

— ¿Que tú qué? —pregunto con cara de: ¿Qué diablos?  y mi mano se queda en el aire sujetando la almohada.

— Tu tía me hizo subirte el desayuno como pago por haberte tardado tanto —bufa señalando mi mesita de noche donde hay una bandeja con comida — Menudo recibimiento, a la próxima no intento ser amable, no sea que me mates.

— Vale perdón, me asustaste —dejo la almohada en su sitio y le hago una seña para que se siente a mi lado. Entrecierra los ojos en mi dirección pero acaba por hacerlo.

— Toma —dice tomando la bandeja y colocándola sobre mis piernas — Perdón por haber tardado.

— No te preocupes, ahora estas aquí y eso es lo más importante — aseguro con una sonrisa.

— Pues a comer —ordena y toma una tostada de mi plato.

— ¡Oye! se supone que eso es mío —me quejo.

— ¿Cómo crees que consiguieron hacerme traerte el desayuno a la cama? —cuestiona con el ceño fruncido. Abro la boca indignada y lo miro mal.

—  Está bien, pero solo porque no te voy a dejar sin comer toda la mañana y aquí hay suficiente para los dos —concedo y procedemos a desayunar juntos.

Media hora después bajamos a la sala y encuentro a tía Fi buscando algo en su chaqueta.

— ¿Vas a salir? —pregunto.

— Hola chicos, si voy a ayudar a tu tío un rato —informa — ¿Disfrutaste tu desayuno cariño?

— Si, algo así —respondo mirando a Derek quien se encoge de hombros con una sonrisa inocente.

Pff suficiente comida para los dos. ¡Aquí el angelito come como si no hubiera un mañana!

— Me alegro, nos vemos luego —se despide cuando saca unas llaves y sale por la puerta.

— ¿Ahora qué hacemos? — cuestiona D.

— Yo voy a la cocina para buscar algo de comer.

— ¡Me gusta tu idea! —afirma y cuando intenta caminar lo detengo poniendo mi mano en su pecho.

— Alto ahí, yo voy a comer algo —aclaro—. vas a buscar mi teléfono para ver las pelis que quedan.

— Pero yo…

— Ni lo sueñes —interrumpo —. Ya te comiste casi todo mi desayuno.

— De acuerdo —bufa molesto y se va de vuelta a mi habitación mascullando algo de que soy mandona.

Niego con la cabeza riendo y me apresuro en llegar a la cocina, no sea que se aburra y venga a quitarme la comida. Me preparo un simple sándwich con mayonesa y un vaso de jugo. Aunque ahora mismo quiera golpear a mi amigo me gusta que este aquí.

— ¡Ali date prisa! —me grita D. Termino de tomar mi jugo y dejo todo en el fregadero.

— ¿Por qué no lo haz conectado? — pregunto.

— No tengo idea de cómo lo hiciste anoche.

Me rio de su cara de confusión y bajo su atenta mirada voy y conecto el teléfono con el televisor. Busco la peli, le doy play y me siento en el sofá grande con D.

— Deberías enseñarme —comenta.

— La próxima vez, ahora calla que ya empezó —pido haciendo una seña con la mano y lo escucho reír.

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