Capítulo 41

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Derek:

Mudarme a la ciudad ha sido más fácil de lo que pensaba, tal vez sea porque Garrett esta aquí conmigo o porque estoy estudiando lo que me gusta pero sea como sea estoy feliz de haber tomado la decisión es lo que vengo pensando cuando cruzo el umbral de la puerta de mi cuarto.

Me desplomo sobre mi cama en cuanto llegó a la habitación, el día ha sido movido y no estoy del todo acostumbrado a estar aquí. Creo que Alana me ha pegado lo de ser distraída puesto que me he confundido de clases esta mañana y he acabado al otro lado del campus.

Ayer no pude ir a verla y eso que me moría de ganas, al final ha tenido que hablar conmigo en la noche por vídeo llamada ya que tenía algo que contarme. Sus amigas han estado ahí y al final me han contado ellas la historia.

Alana se ha enfrentado a David y le ha dicho cuánto se merecía. Le dije que estaba muy orgulloso de ella y que si ese idiota volvía a mirarla aunque fuera un poquito mal me iba a encargar personalmente de él. No se qué habrá pensado ella pero ha abierto mucho los ojos. Se que soy un lobo y todo eso pero tampoco es como que me lo fuera a comer. Aunque conociendo a Ali ese debió ser el primer pensamiento que cruzó por su cabecita loca.

Miro el reloj en mi muñeca y veo que faltan 10 minutos para tener que irme a buscarla. Hemos quedado en la salida de la escuela y de ahí iremos a algún lado, no ha querido decirme a dónde. Así que me levanto para organizar un poco mis cosas, que luego no encuentro nada. 

Le envío un mensaje a Garret diciéndole a dónde voy y me responde que lo han invitado al cumpleaños de una amiga y no piensa volver hasta la noche.

No tarde casi nada en llegar hasta el instituto de Ali y bajo del coche para esperar a que salga. Cuando la veo sonrió sin poder evitarlo. Lleva el pelo recogido en un moño desordenado y se acerca corriendo a mi. De un brinco la tengo enganchada como un mono araña y ambos nos reímos. Le doy un beso en los labios y la abrazo con fuerza.

— ¿Que tal tu día? — pregunto.

— Un poco extraño, la gente se me ha quedado viendo por los pasillos y un par de chicas han venido a decirme que han terminado con sus novios gracias a mi — explica y se acomoda un mechón de pelo suelto detrás de la oreja — Me he sentido feliz por haberlas inspirado y todo eso pero también me ha dado vergüenza que todos sepan lo que pasó.

— Madre mía pero que está mal con las relaciones de ahora, de donde yo vengo eso no suele pasar. Es muy raro, tiene que ser que ... — dejo la frase al aire y ella lo nota.

— ¿Que? — cuestiona con ojos curiosos y me doy cuenta que me he ido de la lengua.

— Digamos que los lobos podemos enamorarnos como mismo los humanos pero también pude pasar que marquemos un humano como nuestro — intento explicar pero ella hace una mueca chistosa — No es tan feo como suena. Es algo así como forjar un vínculo con esa persona que hace que necesitemos protegerlas siempre y que no podamos estar lejos de esa persona.

— ¿Que pasa si se alejan? — Inquiere.

— Si cortan cualquier tipo de relación, osea salen de la vida del otro lo mas probable es que el lobo caiga en depresión y no vuelva a encontrar pareja nunca más — comento.

— ¿Es algo así como el amor verdadero? — me dice pero yo la miro sin entender — Ya sabes, tú amor verdadero, se supone que solo tienes uno en toda la vida. Es único y el más bonito de todos.

— Si quieres verlo así, yo realmente no creo en eso.

— Pero si crees en esa conexión todo poderosa con un humano — encarna una ceja.

— No suele pasar muy a menudo por eso de que los lobos casi siempre están con otros lobos. Pero se han conocido casos, no todos lo entienden, ni lo aceptan precisamente por lo poderosa que puede ser esa unión. Puede pasar tanto con relaciones de pareja como con cualquier otro tipo de lazo afectivo.

— ¿Osea que podrías estar unido a mi como un hermano mayor? — frunce el ceño y arruga las nariz luego de preguntar.

— Un hermano mayor no haría esto — digo dándole un beso lento y húmedo.

— Ejem, ejem — oímos a alguien carraspear cerca de nosotros.

— Yo creo que deberíamos dejarlos que tengan la cita solos —  escucho a Helena decir antes de darme la vuelta.

— Exageradas — les dice Ali y yo la miro con cara de mira quién habla.

Me sonríe como un angelito y cuando llegan los novios de sus amigas nos vamos todos a una cita triple, sea lo que sea eso.

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